jueves, 17 de julio de 2008

3 ideas repetidas a propósito de una frase de mierda

Primer párrafo de Perogrullo: discutimos aqui sobre asuntos que -en general- son poblemas públicos, políticos. Y entonces tenemos cosas que decir, palabras que decir, a los demás y a nosotros mismos. Caramba..., ¿las palabras son cosas?. Sí, son, y no son poca cosa. Y no son intercambiables por otras parecidas sin consecuencias; no son vehículos de ideas, no se puede decir lo mismo con distintas palabras (Sí, ya sé, repito cosas ya dichas en el Sub).

Así, si alguien dice su rabia, hay unas palabras para eso y no otras. Con todo, no deja de ser una discusión política, en tanto se hace público lo subjetivo. Tampoco hay -ya que estamos- posibilidad de evitar lo subjetivo. Como se ha dicho varias veces en el Sub (otra vez nos repito), lo propio ideológico y sentido queda inevitablemente dicho, por más que se busquen formas de pretendida suavidad o neutralidad. El estilo, compañeros, siempre es verdad.

Se dice cada tanto por aquí algo parecido a "cuide sus palabras". Las palabras son cosas de cuidado. ¿Pero qué tipo de cuidado? Qisiera descartar el sentido aquel de la "mala palabra", aquello tan feo de la infancia. Vamos, que hijos de puta son hijos de puta, con todo respeto.

Quisiera reconsiderar -al mismo tiempo- la palabra "respeto" en relación a las palabras (¡si!,otra vez repito viejas discusiones del Sub!). La tele y las maestras nos han acostumbrado al eclecticismo de la boludez: hay la orden de apariencia democrática de "respetar" cualquier opinión, por más infundada o cuestionable que sea. Aquí el respeto parece querer decir "la opinión del señor no se toca con la inteligencia".

Si se renueva la palabra "respeto" recordando -paradójicamente- sus usos previos, resulta que "respetar" es prestar atención a una cosa, no disculparle su idiotez. Es decir, otra vez: decirle facho a un facho, o gil a un gil, es muy respetuoso. Decir en una discusión: "mire, hay otras tales razones que iluminan lo que usted dice" parece tan apropiado como decir "ud. es un nabo". Pero decir "cuide su tonito" es más perverso que decirle callate, y es una verdadra falta de respeto.

"Qué la historia me juzgue" (así dijo uno ayer con cara de vergüenza malamente estudiada), es una frase muy desgraciada por muchos motivos. El que la dice no sabe qué es la historia, y tiene la visión de la historia más reaccionaria y equívoca, la que implica una trama de voluntades personales conspirativas.
El tipo, además, se pone en un lugar de protagonista que a nadie le corresponde. Y tiene -la frase- una carga pretenciosa que la templanza y la inteligencia obligarían a dejar de lado. ¿Cómo un ñato le va a decir a la historia lo que tiene que hacer?. En fin, una frase muy pelotuda que, con todo respeto, representa la política más hija de puta.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

"Qué la historia me juzgue"

Si, una frase muy pelotuda -con todo el respeto, y la gravedad del asunto- una frase que alude a la Historia con mayúsculas, pronunciada por quien se asume como futuro prócer de manual de Drago o de revista Anteojito.

Hay muchas otras frases pelotudas:
“Mi voto NO es positivo”: no poder expresar claramente su decisión, sino por la negativa, es un patético gesto de cobardía. Frase que además conlleva un doble sentido con el que estamos de acuerdo todos los que creímos que un país más justo y con menos desigualdades era posible.

“Quiero seguir siendo el vice-presidente de todos los argentinos”, pronunciado con mohines de nene aterrado que confiesa a mamá Cristina que está a punto de mandarse una cagada irreparable, es pelotudo.

“Mi corazón me dicta otra cosa” -aludiendo a la contradicción entre su voto y el compromiso, no sólo con el mandato oficialista sinó con cada uno de los argentinos que lo votó- es una excusa pelotuda e inadmisible. Vamos, que el corazón es egoísta. A un gobernante se le exigen razones que reflejen el mandato de la mayoría del electorado, no “corazonadas” sensibleras.

El discurso de la mayoría de los senadores, en general fue muyyyyyy pelotudo. El miércoles hemos asistido a un evento trasnochado de literatura berreta: sólo había lugar para las metáforas más gastadas, las innumerables fórmulas para decir nada, la vanidad de robar cámara y tiempo al pedo, para mostrar solamente que se compraron una corbata nueva, la impudicia de hacer tan evidente el juego, el entongue, merece que nos planteemos una vez más si no habría que aplicar retenciones también para la gestión improductiva.

Y también hubieron frases, ya no pelotudas, sino directamente capciosas: Jueves 17 de Julio de 2008. 5 A.M. Clarín publica una de sus acostumbradas encuestas de opinión. La pregunta dice textualmente: ¿Cree que el debate en el senado fue beneficioso para la democracia? Respondo: Cualquier debate en cualquier senado es, per sé, beneficioso para cualquier democracia. Ahora si querés preguntar si la decisión del senado fue beneficiosa, es otra cosa. Es como preguntar de qué color era el caballo blanco de San Martín para fortalecer la idea de que montar a caballo es un gesto sin duda patriótico.

En su lugar hubiera preferido alguna de estas preguntas:
¿Cree que Cobos traicionó sus compromisos electorales?
¿Es ésto un reflejo de la democrácia?
¿Qué sector cree UD. que presionó y compró más voluntades en el senado?
¿Opina que los senadores consumen cocaína?

Y muchas otras.

Anónimo dijo...

Las palabras no valen nada

Rosa O'Henry dijo...

Prfiero los juicios del presente. No sé si la historia juzga o no, o si lo hace bien o mal. Lo que sí es seguro, es que cuando la historia juzga lo hace irremediablemente tarde.
Al menos sabemos, después de esto quien es cada uno y que intereses está dispuesto a defender.

Anónimo dijo...

Tengo ganas de tomar un helado.
Que la historia me juzgue por eso.

Anónimo dijo...

AY PILA, QUE PILLA!

gabrielaa. dijo...

las palabras son cosas de cuidado

Anónimo dijo...

Que pedazo de radical, este Cobos. Que dios y la patria me lo demanden y que la historia haga lo que le parezca, me pareceria mas adecuado.
Ser juzgado por la historia es el deseo mas ferreo de cualquier canalla deseoso de impunidad. "Creo en dios y en la justicia" es la frase mas pronunciada entre quienes esperan sentencia por sus crimenes.

Anónimo dijo...

Ah, y algo mas.
Otra vez alguien diciendo que las palabras no valen nada.
Sujetos parlantes segun los lacanianos, verbo hecho carne segun los cristianos, no importa. Negar la palabra es negar la existencia del otro, y esto es una autopista a la alienacion y al facismo mas recalcitrante.
La frase "Eh, vo', no existis" -giro idiomatico del argot argentino si los hay- es una forma aggiornada de ser facista.
Las palabras si valen. Hay vida afuera de uno y el otro SI existe. Quien opine lo contrario, es enemigo de lo humano y por ende mi enemigo.

Anónimo dijo...

Leo p, no existís!!!!

Anónimo dijo...

Tan radical hdp es...que ahora los mismos aliados radicales lo vuelven a buscar para proponerlo como el futuro Presi...jajajajja como te cag..aron Pinguino!!!