jueves, 1 de mayo de 2008

uníos

No me gusta el trabajo,
a nadie le gusta.
J. Conrad


La humanidad trabaja
por horror al trabajo,
por una necesidad esperanzada de librarse de él.
W. Fernández Flores

Me fascina el trabajo,
podría estar horas y horas
mirando trabajar a los demás.
K. Jerome

El trabajo es una invasión a la privacidad.
W. Allen

Algo malo debe tener el trabajo,
o los ricos ya lo hubieran acaparado.
Cantinflas

El capital es trabajo muerto que,
como un vampiro,
vive chupando trabajo vivo.
Y vive más y mejor cuanto más trabajo chupa.
Karl Marx

16 comentarios:

Anónimo dijo...

"Lo principal es que todos tengamos trabajo y nos llevemos de él una buena enfermedad a casa"

Elfriede Jelinek. "Deseo"

Jorge Mux dijo...

Muy bueno.

Jorge Mux dijo...

Ah, me acuerdo la frase de un olvidable político argentino: "las vacaciones deben ser una pausa breve, no prolongada. Son como los silencios en la música"

Anónimo dijo...

¿Pero c-como, entonces...San Cayetano...es...es...m-m-malo?

Anónimo dijo...

cierto amante le dijo a su mujer: -vos sí que me hacés trabajar de hombre!

Anónimo dijo...

che, anónimo... el que dijo eso fui yo. así que: o somos muchos los que dijimos eso, o la mujer de "cierto amante" (es decir:la mía alguna vez) sos vos.

Anónimo dijo...

Graaaaagh

gabrielaa. dijo...

y mi abuelo decía: "si el trabajo es salud, que laburen los enfermos!"

Anónimo dijo...

Maravilla de post.
La primera cita me recuerda un comentario que hice en una clase, cuando cursaba el profesorado en una universidad nacional.
Dije EXACTAMENTE lo mismo mis compañeros me miraron como a una lagartija venenosa.
Esa es la mejor foto de la hipocresía que tengo en mi colección, cuyo revelado me fue dado el día que ese mismo curso rindió un parcial y todos se copiaron hasta el nombre sin pudor(señores médicos, abogados, veterinarios, ingenieros, licenciados, etc. que eran mis compañeros). Esto, después de haber vituperado la corrupción institucional del menemismo que estábamos padeciendo entoncas...

Anónimo dijo...

qué coincidencia grata que también trabajes de hombre...Y, bueno, yo trabajo de mujer...

Rosa O'Henry dijo...

No olviden que el trabajo de los obreros dignifica... al patrón.

Jorge Mux dijo...

Eso, esfuérzate mucho y tu patrón verá recompensados todos tus esfuerzos.

Anónimo dijo...

El trabajo produce muertos sanos.
(Lord Cheselin)

Anónimo dijo...

Trabajar Cansa


Los dos, tendidos sobre la hierba, vestidos, se miran
a la cara
entre los tallos delgados: la mujer le muerde los
cabellos
y después muerde la hierba. Entre la hierba, sonríe
turbada.
Coge el hombre su mano delgada y la muerde
y se apoya en su cuerpo. Ella le echa, haciéndole dar
tumbos.
La mitad de aquel prado queda, así, enmarañada.
La muchacha, sentada, se acicala el peinado
y no mira al compañero, tendido, con los ojos
abiertos.

Los dos, ante una mesita, se miran a la cara
por la tarde y los transeúntes no cesan de pasar.
De vez en cuando, les distrae un color más alegre.
De vez en cuando, él piensa en el inútil día
de descanso, dilapidado en acosar a esa mujer
que es feliz al estar a su vera y mirarle a los ojos.
Si con su piel le toca la pierna, bien sabe
que mutuamente se envían miradas de sorpresa
y una sonrisa, y que la mujer es feliz. Otras mujeres
que pasan
no le miran el rostro, pero esta noche por lo menos
se desnudarán con un hombre. O es que acaso las
mujeres
sólo aman a quien malgasta su tiempo por nada.

Se han perseguido todo el día y la mujer tiene aún la
mejillas
enrojecidas por el sol. En su corazón le guarda
gratitud.
Ella recuerda un besazo rabioso intercambiado en un
bosque,
interrumpido por un rumor de pasos, y que todavía
le quema.
Estrecha consigo el verde ramillete -recogido de la
roca
de una cueva- de hermoso adianto y envuelve al
compañero
con una mirada embelesada. Él mira fijamente la
maraña
de tallos negruzcos entre el verde tembloroso
y vuelve a asaltarle el deseo de otra maraña
-presentida en el regazo del vestido claro-
y la mujer no lo advierte. Ni siquiera la violencia
le sirve, porque la muchacha, que le ama, contiene
cada asalto con un beso y le coge las manos.

Pero esta noche, una vez la haya dejado, sabe dónde
irá:
volverá a casa, atolondrado y derrengado,
pero saboreará por lo menos en el cuerpo saciado
la dulzura del sueño sobre el lecho desierto.
Solamente -y esta será su venganza- se imaginará
que aquel cuerpo de mujer que hará suyo
será, lujurioso y sin pudor alguno, el de ella.


Trabajar Cansa. (Lavorare Stanca) 1936
Traducción de Carles José i Solsora

Anónimo dijo...

Faltó decir que el autor del poema anterior es Cesar Pavese

Anónimo dijo...

Buenísimo mauro.
nunca había escuchado a alguien citar a tanta gente para no tener que trabajar.