domingo, 24 de septiembre de 2006

el estilo es verdad

El muchacho te dice que te quiere y resulta conviencente cuando lo dice. Y cada vez que te abraza te rompe una costilla, es algo que le sale así. El resultado de su amor es, para vos, un dolor permanente y algo que te pincha los pulmones cada vez que tomás aire. La manera de abrazar, el estilo que tiene el muchacho para abrazar no trae amor sino dolor.

Un roquer se pone remeras con frases anarquistas y a la entrada de sus shows te recibe la policía. Cuando escuchás las canciones entendés que la policía está donde debe: una sarta de lugares comunes, imàgenes infantiles y grandilocuencia pelotuda.

Parece que la situaciòn de los peregrinos sufrientes de la película "Ser digno de ser" es el colmo de la injusticia, pero la cámara no puede ponerse de su lado y los aplasta con un zoom o los retrata para el recuerdo excéntrico y decorativo del conquistador nationalgeografic.

La estudiante de fotografía fue a una villa y he aquí sus fotos: los chicos con mocos se ven a través de una ventana, los perros revuelven basura muy a lo lejos, alguien te mira con una sonrisa desconfiada. En el patio de un rancho miserable ella encontró dos florcitas. La estudiante querìa retratar la pobreza para mostrarla, porque la pobreza le parece mal. Pero lo que retrató es su miedo de clase y su frivolidad turìstica.

Moraleja:

26 comentarios:

Ruth dijo...

Touché.
Excelente blog.

Mauro A Fernandez dijo...

¿es la minerva del busto o la de los limones? (está confusa la pregunta, mejor aclaro) ¿es la minerva del busto en el poema de poe o la del jugo de limòn? (todavìa no está suficientemente claro creo) ¿es la minerva mitológica (la mismísima atenea con un buho en el hombro) o es la hija del dueño de la fábrica de jugo de limón minerva? (ahora si, puff)
ps: gracias
ps2: dónde tocamos? touchè quiere decir que el post pinchò tu afrancesamiento?

Jorge Mux dijo...

no vi la ya archimencionada "ser digno de ser". Pero la imagen de la fotógrafa queriendo retratar algo y quedándose sólo con sus miedos, sus anhelos infantiles y su necesidad de escapismo me parecen increíblemente banales, repetidas y ya vistas. Parecen desprendidas de esa consigna espantosa y evangelizdora: "sólo debes ver lo bello en el mundo (o en el otro, que es parte del mundo)". El inspector de trabajo, que lleva esa consigna en su corazón, entra en una fábrica y hace la vista gorda (sin querer, pero en el fondo sabiéndolo) de que TODOS los empleados están en negro, trabajan en un ambiente sucio y peligroso, y no tienen cascos protectores: él sólo ve lo bueno en el mundo; ve que los empleados hacen lo posible por superarse "en las peores condiciones", y felicita (cristianamente) al empleador por haber elegido tan bien a sus empleados. No es un inspector del estado; se siente una especie de ojo divino salido de una teodicea.
En contrapartida, Bertrand Russell, a los 90 años en una entrevista televisiva, aclaró para todos que "el mundo es horrible, horrible, horrible". Sólo sabiendo esta verdad y enfrentándola a cada instante podremos encontrar algo de sentido (o no), pero jamás debemos dar vuelta la cara ante ello. Moraleja: Nadie, verdaderamente consecuente consigo mismo, puede decir que el mundo es bello.

Gatubellita dijo...

El mundo es bello, Jorge, lamento que no lo veamos de la misma manera. Y te aseguro que soy consecuente conmigo misma.

Moraleja:

Todos vivimos en mundo distitos.

Lucas J. dijo...

Me parece un tanto negativo esto de los blancos y negros. A mi parecer, el mundo no es "horrible" o "bello". Las realidades se pintan según las circunstancias y los matices abundan; ahí está la belleza, en ver que esta gama de colores compone una realidad en sí misma. ¿Acaso no lo demuestran los dos ejemplos de Mauro?
De ahí en más, cada quien verá donde encuentra belleza y donde fealdad.

Mauro A Fernandez dijo...

´mi intención era más bien formal: señalar cómo la ideologìa aparece en el estilo, en la manera de, etc

Jorge Mux dijo...

Acepto las reconvenciones de Gatubellita y de Lucas. Es verdad, en sí mismo no hay calificativo posible para el mundo. La pregunta podría ser si eso que llamamos 'el mundo' es algo objetivo (cosa que me parece digna de duda), o si es una construcción siempre dispuesta a la resignificación. Así entendido, como dice la moraleja de Gatubellita, todos vivimos en mundos distintos.

Para mí, el mundo es sinónimo de pobreza, de destrucción, de muerte para siempre, de silencio, de oscuridad, de vacías distancias infinitas, de anhelos no satisfechos, de un inexorable camino hacia la vejez. Todo eso, cada tanto pintado con un ligero y fugaz bálsamo de entendimiento, de bondad, de luz, de vida, de crecimiento. Russell pretendía que la felicidad sólo puede construirse con el conocimiento de esto: somos una fugacidad en un universo que tiende a nuestra desaparición. Pero probablemente estemos diciendo cosas distintas; para Russell "el mundo" es el universo, objetivo (si hay tal cosa), de la física cuántica y de la entropía.

Lucas J. dijo...

Mauro, ahora que releí el coso entendí la idea; y es totalmente cierto que la objetividad como tal no existe, siempre dejamos ver aunque sea un dejo de nuestra propia ideología... Creo que el diario de los Mitre puede dar cátedra sobre ello.

Para continuar con la discusión, Jorge, soy muy conciente de todos los males del mundo; pero también soy conciente que hay ciertas cuestiones que están más allá de lo que el hombre común pueda hacer para solucionarlas: la muerte, las epidemias, las catástrofes.
El problema está -o al menos yo lo encuentro en que- si te dejás arrastrar por lo malo, si ves siempre el vaso medio vacío, nunca vas a encontrar la otra parte (o se va a hacer muy difícil).

Saludos!

Jorge Mux dijo...

Soy pesimista. Sospecho que eso es una cuestión de temperamento.
Ahora bien: un pesimista no por eso tiene que ser infeliz. Esa es mi tesis práctica sobre la vida. Soy como el bañista que está en la playa; ve que una ola gigante se está formando a miles de metros y que no puede hacer nada. Pero mientras tanto se moja los pies en el agua tibia, juega con la arena y disfruta del sol. Creo que es un deber no mentirse; saber que la ola va a caer sobre nosotros, y precisamente ese conocimiento trágico debe ser la raíz de la felicidad actual.

Jorge Mux dijo...

Me parece mucho más honesto saber que la ola pende sobre nosotros antes que hacerse falsas ilusiones.
Por otra parte, ¿alguno se imagina cómo va a ser su propia muerte?
Si lo pensamos un poco, nos gustaría una muerte dulce, tranquila, mientras dormimos... Pero la realidad es que la mayoría de los humanos nos morimos en situaciones de dolor interminable, tras larguísimas y paralizantes enfermedades o tras terribles accidentes. Ya sé que las chances de morir sin dolor no son tan grandes. Sin embargo, debo construir mi felicidad sabiendo eso. No podemos hacernos los boludos ante algo así.

Mauro: como verás, en ningún momento hablamos acerca de tu post... Lo lamento.

Lucas J. dijo...

Perdon, Jorge, pero yo sí hablé del post de Mauro

(lavada de manos mode ON)

Anónimo dijo...

otra moraleja más allá de lo del estilo: no hay que esperar nada de los jovenes por el solo hecho de que sean jovenes.

Anónimo dijo...

a ver, jorgín, querido, me parece que te estás yendo al carajo: la muerte, la ola gigante, qué se yo. fumate un chifle.

Jorge Mux dijo...

Es cierto, Lucas habló sobre el post de Mauro. Pido disculpas.

Paunero: si me fumo un chifle, me voy a ir más al carajo.

Mauro A Fernandez dijo...

haber dejado abierto el post con la palabra "moraleja" resultó una invitaciòn a la reflexión moral, lejos de mi inteciòn.

lo que jorge esboza como su posiciòn es masomenos lo que savater llama "pesimismo ilustrado":
soy pesimista porque conozco (por lo menos me ocupo de intentar conocer) la realidad, y de acuerdo con eso (más dolor que placer para cualquiera de nuestras vidas) no es conveniente hacerse ilusiones, lo que no quita... etc. una posición materialista con antecedentes estoicos. el asunto da para mucho y -con matices- acuerdo con jorge.

pero me interesa màs la cuestiòn del discurso y la ideología.
vuelvo entonces sobre la intenciòn de mi post.

digo que en el estilo (la forma misma, la retórica organizada, los recursos)puede leerse la ideología con mucha menos posibilidad de error que si atendemos al aspeecto enunciativo del discurso, o si abstraemos la información explícita en el contenido.

el estilo es muy difícil de impostar. claro que esto se relativiza con el soporte: no es lo mismo una conversaciòn espontánea que una película editada.

en general, el grado de conciencia acerca del sentido de la propia forma expresiva es muy bajo, y eso está a favor de un lector intencionado y con instrumentos.

de aquí que, hiperbólicamente (tal mi estilo) titulè el post "el estilo es verdad".

quisiera despejar la cuestiòn psicológica vinculada a este tema("el tipo inconcientemente nosequé...").
generalmente, la consideraciòn de lo inconciente en materia de ideologìa funciona como excusa clínica "el pobre no sabe lo que dice ni lo que piensa".

Lucas J. dijo...

Yo creo que no es cuestión de "no sabe lo que dice ni lo que piensa", sino más bien "no sabe como expresarlo sin que nos demos cuenta lo que piensa" ¿no?
En la facultad trabajamos algo que llamamos "objetividad responsable", lo cual es, en pocas palabras, no ser hipócritas y escribir con la menor carga ideológica posible, prestando atención a ciertos detalles... De allí a que los egresados lo apliquen en la práctica, es otra cosa.

Saludos! (Y retomé el tema de la felicidad en La Libreta)

Anónimo dijo...

jorge, george, tenés razón cuando tenés razón tenés razón.

Anónimo dijo...

creo que es complicado: cómo saber cuándo el que escribe (poniendo como ejemplo este tipo de lenguaje) es o no conciente de su forma. lo de que es dificil de impostar no estoy seguro del todo. se puede, creo, tomar una forma fascista, terrorista, progresista o lo que fuere. una forma administrativa, más personal o menos personal, más "objetiva" o menos. más cientifica o más literaria. y acorde a estas posturas (o imposturas lo que fuere) trabajar con el contenido de la manera que me sea más funcional para lo que quiero hacer, incluso, para hacerle creer al otro que desde la forma me está saltando la ficha de lo que supuestamente quiero ocultar. este teje tan fino, claro, será efectivo siempre y cuando conozca de memoria a mi lector (conozca cómo piensa, y qué es lo que va a leer en mi discurso). es complicado. pero de todas formas ese conocimiento no deja de ser una herramienta poderosa de interpretacion.

Mauro A Fernandez dijo...

LLUCAS!
NIÑO!
NO SEAS PELOTUDO!
QUE MIERDA TE DICEN EN ESA UNIVERSIDAD DE MIERDA?
NO SEABÈS QUE NO SE PUEDE ESCRIBIR SIN CARGA IDEOLOGICA?
NO SE TRATA DE ESCRIBIR SIN CARGA IDEOLOGICA, SINO DE SER CONCIENTE DE LA IDEOLOGIA E INTELIGENTE EN SU COMUNICACION

Mauro A Fernandez dijo...

rolando;
ahí vamos...
cosas para despejar, aclarar y profundizar en tu post, unas cuantas, me parece

Jorge Mux dijo...

"Este texto no tiene carga ideológica"

Paréntesis dijo...

muy bueno el texto
besos

Jorge Mux dijo...

¿Se puede ser consciente de la ideología? ¿No es una de esas cosas que cuando uno la hace consciente, hay otra en el fondo, inconsciente, e imposible de sacar a la luz?

Anónimo dijo...

jorge:

Encontrar hechos terribles, trágicos, y "horribles, horribles, horribles", junto a cosas tan fantásticas que te pueden conmover hasta la última célula, hacen de este "mundo" algo bellísimo.

Paraguas

Anónimo dijo...

Lo profundamente ideológico suele ser inconciente, muchas veces, unas pocas no. Pero guay! 1-Quién carajo dictaminó que la gente no debe hacerse cargo de su inconciente 2- Si alguien no quiere hacerse cargo de su inconciente que averigüe (quien fue el reverendo hijo de puta que invento esos puntitos de mierda que se ponen arriba de la u cuando quiere que suene y no debería sonar) que carajo tiene en su inconciente y se haga cargo.

Otra cosa: nadie entendió lo de las florcitas? La pobreza tiene una función social, algunos pobres mueren de hambre, en general de manera prematura, la tierra es mas rápidamente abonada con los cuerpecitos. Entonces, ahí, aparecen las florcitas. Ademas, la quinta o sexta generación de pobres ya no lo serán, porq habitaran un terreno con mucho humus y la la riqueza brotará de esa tierra abonada con sus antepasados. Además no se olviden que los pobres van al cielo (y los ricos solo a buenos restaurantes, aunque pensándolo bien comer rico es mucho mejor que ir al cielo).

Anónimo dijo...

El estilo es todo. Es pura ideología. La ideología son las tripas y eso no se esconde, no hay nadie que no pueda ser destripado.