viernes, 14 de marzo de 2008

Blogs podéticos: la última rascada en la olla de la revista Humor

Éxito y decadencia. Muchos de los blogs actualmente exitosos en Argentina (exitosos en tanto volumen de visitas y repercusión) están hechos en buena medida con restos secos y olores lejanos de lo que fuera la revista Humor.
De esa tradición periodística, necesaria y socialmente productiva en su momento, los blogs a los que me refiero son una huella decadente.

Lectura y compañía. Se trata de blogs que recortan un público casi educado, de mediana edad para el promedio de los que usan regularmente la red, de clase media o casi, progre o casi.
El blog de Podetti, más allá de su relación con un medio fuerte, resulta ejemplar para sostener mi apunte. Dejo librado al lector el encuentro con la abundancia de lecturas semejantes, entre las que a veces habrá lugar para El Submundo y por lo tanto para uno mismo.
La Revista Humor es una referencia, en la que incluyo parte de su tradición previa inmediata (Satiricón, Mengano, etc.) y algunos de sus epifenómenos. Tampoco es la única referencia posible, pero sirve al caso. Lo que se califica en aquí como "decadente" no implica necesariamente su connotación peyorativa, aunque pueda rondarla. De hecho, la expresión "última rascada" no es casual en el título de este post,

Olor y clase media. ¿Cuáles son los restos y olores de restos que relacionan algunos blogs con la tradición periodística citada?
Hay un estatus muy identificable de la lengua escrita, en la que ciertos elementos coloquiales se han acomodado para la página pública desde entonces.
Hay un uso fácil de la forma más coagulada de la ironía que, mezclada con la autorreferencialidad, apunta enunciativamente: "Sho soy vivo, quiero decir esto, pero digo explícitamente otra cosa o casi, y vos que sos vivo como sho tambien te vas a dar cuenta". En otras palabras, demagogia.
Hay una recurrencia a la sociología de entrecasa, y se trata siempre de casas bastante confortables y "bien" ubicadas en la topografía urbana, y de sociología endeble.
Hay una exaltación de "lo ingenioso" como motor de temas y ordenador de puntos de vista.
Hay, como en el periodismo argentino actual, una corrección moral y política correspondiente a la ideología de clase de bloguers y lectores. Para no repetir un mapa aproximado de la ideología del periodismo hegemónico, que aquí asimilo a los blogs, os remito a: http://elsubmundodelespectaculo.blogspot.com/2006/08/los-periodistas-son-peor-que-la-polica.html#links.
Solo desde esta mirada de clase burguesa (de propia y limitada conciencia política) se proponen los temas y sus posibilidades de tratamiento.

Semejanza y síntoma. En el párrafo anteúltimo aparecen estas dos cosas que observo y relaciono: blogs exitosos/ revista Humor: periodismo misceláneo, cierto tipo de humor, cierto registro de lenguaje, cierto lector, cierta simpatía ideológica.
Aunque la Humor -con y contra su eclecticismo a veces dudoso y sus vaivenes históricos- venía con dolor, con riesgo, con miedo, con intención de molestar, con alguna bravura. Para decirlo con un poco de ingenuidad: las circunstancias (¿la necesidad?) empujaban a los tipos algo más allá de sus prejuicios de clase.
Oportuna y no casualmente, la Humor se deshizo por falta de miedo: ¿Contra Franco estábamos mejor?. La Humor era un síntoma histórico de la dictadura. ¿Un síntoma de qué sería el olor a Humor, pero rancio, en estos blogs?

Complacencia y decadencia ¿Un síntoma de qué sería el olor a Humor, pero rancio, en estos blogs? Problematizo, a partir de lo que hubo y de lo que hay, a los blogs podéticos.
Lo que tienen de la Humor los blogs podéticos es su momento final, sin riesgo, en el ocaso, con la tranquilidad de no molestar a casi nada ni a casi nadie, con editoriales a cargo de radicales oficialistas. Todavía peor: la Humor no cerró a tiempo, pero cerró. Y estos blogs parecen arrastrar un cadáver: la decadencia que la Humor hubiera alcanzado si seguía: imaginen a Dolina o a Ginsburg repitiéndose como se han repetido, pero por escrito, sin el alivio de lo efímero del habla.
En el estilo de estos blogs, lo coloquial escrito se ha quedado comodísimo, y no se arriesga a nada: ni a extenderse sobre la lengua hablada y sus ambigüedades y novedades, ni a mezclarse con otros registros.
El ingenio siempre funciona. Pero después de que el amabilísimo y predispuesto lector sonriose ¿qué queda?. Ingenio de un velorio sin deudos: no hablemos del muerto, hagamos chistes. Ingenio como maquinita de podar el césped de la reflexíón.
Nada de provocar, nada de pensar en por qué te provoca, nada de desubicarse ni desubicar. Con la democrática y obsecuente sonrisa del que vive en su casita bien ubicada y come tres veces por día y piensa correctamente, alcanza.

Es lo que hay: abundante, difundida y exitosa falta de sentido crítico. Por algo es, pero ese es otro tema.

113 comentarios:

Jorge Mux dijo...

Mauro, es fantástico este análisis de la "rascada" a la revista humor, pero el referente que utilizás -Podeti- no es el más adecuado; de hecho me parece muchísimo más jugado en todo sentido -y me sorprende para ser que trabaje en un medio tan masivo-; de una forma tal que, sospecho, podría poner en riesgo su fuente de trabajo. Te recomiendo que leas este post http://weblogs.clarin.com/podeti/archives/126482.php
con sus respectivos comentarios, y fijate cómo le contesta a los imbéciles que defienden la acción macrista. Las respuestas están entre paréntesis, dentro de cada comentario, firmadas como "P." . Hay muchísimas otras entradas en las que hace incursiones a mi juicio muy arriesgadas acerca de la estupidez fascista de la clase media argentina, y -a mi juicio- con muy buenos argumentos.

Vos hablás de "blogs que recortan un público casi educado, de mediana edad para el promedio de los que usan regularmente la red, de clase media o casi, progre o casi"; gran parte del público de Podeti es así, pero si me permitís creo que, justamente, su blog está dirigido a analizar, desmenuzar y confrontar a esa clase media casi progre; continuamente hay referencias acerca de la estupidez de la clase media con tiempo libre para dejar comentarios en los blogs; no tiene empacho en desenmascarar el fascismo disfrazado de sus lectores y, como ocurre entre los comentarios de ese link, ha mandado literalmente a la mierda a algunos de ellos.
Por otra parte, los elementos que mencionás en "olor y clase media", no se encuentran en Podeti: no hay, definitivamente, corrección moral y política. Fijate en este post (hay muchos, pero hay que buscarlos uno por uno), cómo les contesta -incluso llega a decirle "gordo merquero" a uno de sus lectores. Remito la respuesta dada a uno de los comentarios: "(Nota: No empecemos con las pavadas posmo, muchachos, los fachos y la gente de derecha existen y esto no tiene nada que ver con la Ley de Godwin. Esto no quiere decir que una calificación o descalificación sea un argumento. P.)"; [En respuesta a alguien que le dijo "andá a hablarles de la ley de Godwin a los judíos"]: "yo te sugiero que, en lugar de hacerte el moralmente indignado con este grupito conformado mayormente por progres inofensivos vayas a decirle lo mismo a los skinheads de la placita redonda de Belgrano"

De hecho, me parece el único blog de Clarín que vale la pena. Del resto, sí, son exactamente como vos decís. Todos y sin excepción.

Mauro A Fernandez dijo...

jorge,voy a echar un ojo a lo que dices.
de todas maneras, mi apunte sale de una mirada rápida sobre el asunto, ojeando cada tanto a podetti se me cruzó esta idea.
en tal caso, no se trata específicamente de este blog, sino de una tendencia de la que este blog me parece, en general, una muestra.
por otro lado, mandar a la mierda a un macrista distraído o decir gordo merquero no se sale de lo que yo llamo "correctamente político", ms bien encaja.

Jorge Mux dijo...

Mauro, me gustaría poder encontrar en Podeti "lo coloquial escrito (que) se ha quedado comodísimo, y no se arriesga a nada: ni a extenderse sobre la lengua hablada y sus ambigüedades y novedades, ni a mezclarse con otros registros."

o "no hablemos del muerto, hagamos chistes"

Podeti habla muchísimas veces del muerto, y sus opiniones van mucho más allá que una simple muestra de ingenio.

En el contexto en el que Podeti manda a la mierda a un macrista o lo llama gordo merquero, es después de haberle discutido durante muchísimos comentarios y descubrir que la imbecilidad es refractaria a cualquier discurso.

Pero lo de "gordo merquero" y "andate a la mierda" son muestras pequeñas; hay que leer los extensos paréntesis en los que contesta, con detalle y con lujo, a cada uno de los imbéciles.

Ahora bien, me intriga sinceramente qué sería incorrección política. O, mejor dicho, de qué manera se podría ser políticamente incorrecto.

Anónimo dijo...

Mauro, esto te respondió Podeti desde su blog:


Me parece que es en contra, aunque el tipo leyó otro blog; para empezar, me acusa de "ingenioso", cuando hago todo lo posible para evitar el ingenio, e incluso me he declarado repetidas veces contra el mecanismo inmoral del llamado "humor inteligente". Lo de la "sociología dde entrecasa", en cambio, es bastante apropiado, aunque no entiendo qué pueda tener de malo.

Luego, el tipo se queja de que "no hago pensar", o que "no provoco", que son precisamente dos pretensiones mentirosas del humorismo ingenioso que -aparentemente- está criticando. Quiero decir que, efectivamente, estoy en contra de hacer pensar y de la provocación, lo que no significa que no me desubique. Pero es completamente inintencional: Simplemente soy un desubicado.

Por último, la mayoría de los blogs "provocadores" -incluido el blog en el que escribe este muchacho- le hablan a sus propios pares, y hacen chistes o reflexiones que sus lectores están perfectamente preparados para festejar. Hacer un chiste contra la clase media, sabiendo que sólo te va a leer un chanta que cree que leer "Barcelona" es el colmo de la transgresión, no representa riesgo alguno. Me encantaría saber en qué momento han tenido la chance de ir "un poco más allá", según la pretensión del autor de la nota. P.)

Jorge Mux dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge Mux dijo...

Mi defensa de Podeti concuerda con los dos primeros párrafos de lo que transcribe Anónimo -conste que yo hablé de él antes de que él se enterase de que se había escrito algo sobre él-; pero no sobre el tercero.

No entiendo lo de "chistes o reflexiones que sus lectores están perfectamente preparados para festejar"; este es un blog en el que publica un grupo de personas, algunos de los cuales no se conocen entre sí, con intereses diversos y en el que se han generado debates a muerte por aclarar cualquier supuesto dudoso. Sería ridículo que alguien creyera que es críptico, o que escribiera creyendo que tiene lectores cautivos -sabiendo de antemano que sus propios coequipers van a ser los primeros en analizarlo a conciencia, y sabiendo, además, que la cantidad de lectores de este blog es mínima-. Lamento que Podeti tenga tan en baja estima y que tenga una mirada tan sesgada de lo que pasa en este blog. También me parece equivocado el referente de que los escritores de este blog buscan un público similar al que lee Barcelona.

No entiendo dónde está el "chiste contra la clase media" al que hace referencia.

En fin, si bien Mauro confiesa que ha hecho una lectura rápida del blog de Podeti, parece bastante claro que Podeti ha hecho una lectura rápida de lo que pasa en este blog.

Mauro A Fernandez dijo...

la papa en la boca de p.

"estoy en contra de hacer pensar y de la provocación".

eso dice este muchacho es su respuesta a mi post. notable. es el lugar que mi post rodeaba, y no tuve que buscar más, vino solo, lo trajo en la boca uno de los que escriben blogs podéticos.

así, desde este criterio editorial, es que el ingenio ocupa lugar de más en el campo de la reflexión posible. no la acompaña ni la provoca, ni la profundiza, la oculta con chistecitos. como dije exageradamente en el post -para provocar, claro-"maquinita de podar el césped de la reflexión".

cierto que p., junto con otros, se negó al "humor inteligente" e "ingenioso" en sus primeros dibujitos, y fue casi notable, pero los blogs podéticos no son eso.
tampoco digo que el humor necesite ese tipo de inteligencia que a propósito ponemos entrecomillas. se puede ser más profundo y mas conmovedor sin hacerse el quino.
Incluso sin hacerse el gracioso... ¿es condición sine quanon hacerse el gracioso?

nota al margen y despues sigo: mi post no es "en contra", es "sobre". le encuentro un aspecto crítico posible a un fenómeno. y si digo crítica no digo "esto es bueno o es malo", digo, justamente, reflexión. notable también que la crítica pueda resumirse, sengún p. a "creo que es en contra".

lo de la "sociología de entrecasa" era además un pié para agregar que se habla en estos blogs desde casas confortables, es decir, señalar las limitaciones de clase del pensamiento que hacen, precisamente, que no se quiera provocar ni pensar un poco más allá. y señalar que por eso, entre otras cosas, esa misma "sociología" es endeble.

confieso que pensé en la barcelona, pero no la incluí para no abrir tanto la cosa. notable también que este muchacho la mente, y suponga que en elgún lado escribí que ha ido "un poco más allá". entiendo que la barcelona si abrió en algunos aspectos puertas que no había, cosa que los blogs podéticos no hicieron ni hacen. lo de la noticia apócrifa -debo decirlo por obligación historicista- ya estaba en otro nieto -frivolón- de la satiricón, que si mal no recuerdo se llamó "Fraude" y duró poquito.

un postulado: el trabajo intelectual -en blogs o lo que sea-tal como lo entiendo, tiene la obligación de ser paranoico y excéntrico y cambiante y no complaciente, o por lo menos ir detrás de eso. si no, es paja. paja colectiva si encima lo leeen unos cuantos.

una especie de síntesis: especulaba yo en mi post con la inmovilidad masturbatoria de clase media de ciertos discursos muy adecuados al momento histórico, y voy comprobabando.

hay más, me quedan respuestas a Jorge y mucho detalle, pero vamos por partes.

Anónimo dijo...

Bueno, sí, Mauro, insisto en que el que la función del humor no es hacer pensar, sino hacer reir. Lo sigo sosteniendo a rajatabla y he escrito sobre el tema unas cuantas veces. De hecho, considero que el humorista que pretende hacer pensar o denunciar es un farsante. Los ejemplos que se me vienen a la mente son Pinti y CQC, a los que personalmente detesto. Hacer pensar es una función del periodismo o la filosofía. Es como que yo te critique a vos porque no me has hecho reir.

Confío, además, en no "hacerme el gracioso", sino en "ser gracioso". Es mi preocupaciòn exclusiva; conseguir una risa franca, hedonista, primaria, lleva demasiado trabajo como para tener ademàs otras pretensiones. El humor no "oculta nada con chistecitos". Consiste en ellos, mal que les pese a los humoristas con pretensiones de comunicador social.

Ignoro, por otra parte, què humoristas cumpliràn para vos con las condiciones que exigìs. Me resulta bastante difícil entenderte si no concretás un poco más. El otro ejemplo que mencionàs, el de Dolina y Guinzburg, me parece catastròfico y ya me hace dudar de tu buen criterio; en primer lugar, no se puede ponerlos al mismo nivel. Guinzburg era un profesional del humor, y Dolina es un artista. En segundo lugar, yo prefiero al Dolina radial, pero eso no significa que sus escritos hayan sobrevivido tan mal como das a entender.

Te equivocàs tambièn con tu refrencia a Fraude, obra maestra de Cipolatti. El formato era el mismo, pero el humor de Fraude se apoyaba en el absurdo, la escatología y la obscenidad, y Barcelona exclusivamente en la ironìa.

Teniendo en cuenta todos estos errores, me parece, hablando en plata, que tu anàlisis es terriblemente superficial. No sè, por ejemplo, a què te referís cuando decís que a los colaboradores de Humor algo "los empujaba fuera de sus prejuicios de clase". Me encantaría escuchar algún ejemplo. Yo no lo recuerdo. De hecho, no puedo imaginar un humor màs de clase media que el de la revista "Humor" (relatos del pobre desgraciado de clase media al que le cortaban el telèfono, etc.), en cuya editorial yo dibujaba historietas que estaban muy lejos de esa temàtica.

En todo caso, su rol durante la Dictadura -que hay que aplaudir- era producto de una posiciòn de clase media, de la clase media màs progresista, pero clase media al fin.

En cuanto a mi supuesta comodidad, recibo todas las semanas cataratas de puteadas violentísimas de: macristas, creacionistas, nacionalistas, kirchneristas, admiradores de U2, del rock, del fùtbol, amantes de los perros, etc. La verdad es que para "no molestar" la llevo bastante mal.

Tu ùltimo pàrrafo, el de la inmovilidad masturbatoria de la clase media, es lo màs còmodo que he escuchado. Lo vengo escuchando desde hace dos años en el blog "Bonk", por lo que me temo que tampoco estàs removiendo ningùn avispero.

A Jorge: Mi comentario sobre este blog no era despectivo, simplemente me da la impresión de que la mayoría de los blogs tienen un público bastante homogéneo; quienes llegan a ellos lo hacen a travès de blogs de pensamiento parecido, por lo que es difícil que sus lectores se sientan ofendidos. Pero tal vez me equivoque.

Saludos.

Jorge Mux dijo...

Esteban: precisamente en ESTE blog, se han entablado encarnizadas luchas entre entre los lectores y los autores; e incluso entre los autores entre sí. Cosa que no he visto en otros blogs.
A mí me encanta confrontar y profundizar opiniones en un lugar en el cual haya gente dispuesta a entender lo que significa una confrontación erística -claro, sobre determinados temas en los que tengo interés-. La mayoría de los blogs, como vos decís, tienen un público homogéneo, cautivo y adláter del autor. Eso lleva a que cualquier crítica fundada o disidencia con los autores lleve a que ese públco apedree al crítico mediante ironías, chistecitos socarrones e insultos.
Pero justo, justo este blog no es así. Por eso es uno de mis preferidos; su contenido no es homogéneo, no tiene periodicidad en la publicación; ideológicamente es desparejo; las temáticas a veces me interesan y a veces no; los artículos tienen una polémica fundamentación o se equivocan en los ejemplos -como este- pero algo tengo bien en claro: si dejo una crítica, una reflexión o una inquietud en la plantilla de comentarios, los autores van a tomar seriamente ese comentario y me darán una interesante confrontación de mi pensamiento, sin edulcorantes y con gran rigor. Las discusiones que he tenido aquí estimulan mi capacidad erística hasta puntos en los que casi ningún otro blog lo ha hecho.

Jorge Mux dijo...

Mauro: en tu post mencionás "el estilo de los blogs podéticos"; por un lado decís que tu noción de "podético" viene de una "mirada rápida" al blog de Podeti; por otro lado, no das ejemplos. Yo creo que el análisis no debería hacerse sobre la base de UN blog -del cual, repito, tu visión me parece errónea-, sino acerca de una manera de hacer cierta literatura en internet, que no es propia de "Podeti", pero cuyos autores sí tienen a Podeti -o a algún otro conocido y talentoso blogger mediático- como referente, y creen -de manera errónea- que su referente comparte con ellos una forma de hacer humor o política. Ahí sí, tenemos millones de blogs podéticos, blogs casciáricos, blogs lacánnicos, blogs bestiáricos...
Blogs que han nacido para venerar a un ídolo -explícita o implícitamente-, pero en los cuales se malinterpreta las intenciones de ese ídolo y, por lo tanto, se le hace un flaco favor.

Anónimo dijo...

OK, Joirge, te tomo la palabra. Probablemente hice mal en referirme a este blog y pido disculpas. Pero esa homogeneidad de lectores en la mayoría de los blogs existe y yo -no por mérito mío, sino por estar expuesto en Clarín- estoy fuera de él; cada vez que digo algo sé que la mitad de mis lectores se van a ofender. Así que la acusación de cómodo no ha lugar.

Anónimo dijo...

Mauro:
En el castellano rioplatense “la última rascada”, “decadencia”, “restos secos”, “olores lejanos”, “olores de restos”, remiten a rasca, venido a menos y fiambre con baranda (de hecho, mencionás “cadáver”). Esto es lo que decís de Podeti. Además de endilgarle “chancho burgués” (supuesta ideología de clase de “bloguers y lectores”) ¿desde cuál lugar? ¿desde la herida narcisista de un lumpen?. Sería conveniente que lo aclares, porque no es palmario.
¿No tenés una casita bien ubicada? ¿ni un departamentito? ¿no comés 3 veces por día?. Lástima, porque ése es el sueño dorado de cualquier lumpen. Sin embargo, los sueños de los lúmpenes no son el tema de Podeti así que aprovechá y dedicate vos, ya que te gusta la crítica.
Eso sí, el análisis crítico tiene sus reglas lógicas y no pasa por unas pocas metáforas malintencionadas que no vale la pena responder porque no les caben a quienes están dirigidas. Un curso no te vendría nada mal.

Juan sin miedo

Mantis dijo...

Este blog es interesante por tener precisamente este tipo de situaciones.

No entiendo -al igual que Mux- lo de "chistes o reflexiones que sus lectores están perfectamente preparados para festejar". Me parecería demencial cualquier manifestación pública que no apuntase a un público particular o que cambiase de contenido cada veinte minutos. El lenguaje común es el ámbito donde se desarolla, a mi modesto criterio, el mejor humor, o por lo menos el más intenso.

A veces el humor termina haciéndoseme tan necesario como el morfi, por ejemplo. Mi blog es humorístico, y trato de ser gracioso. Y si bien me gusta que haya variedad en el menú, no gustaría de regresar un día a mi restaurant y encontrar en su lugar una casa de artículos para "neo-góticos", con remeras del Mundo de Jack, por decir un ponele.

Así y todo, me parece que si de vez en cuando un puñado de lectores no te manda a la mierda sintiéndose estafado, es porque el blog va en picada. O porque te estás poniendo monotemático, quién sabe.

PD. Podeti debe ser índigo.
PD2. El blog "Esa cosa quiso matarme" es el único blog al que creo le sale bien eso de sorprender en el momento justo, con cualquier cosa. Y sin embargo, apunta también a un público dispuesto a festejar chistes, porque eso de "innovar" o "no encasillarse" es tan viejo como el encasillamiento mismo.

Mauro A Fernandez dijo...

bueno, que lindo se va poniendo.

respondo a p. again, desordenadamente:
sobre fraude: lástima que no tengo conmigo el archivo completo, pero creo que en fraude cipollatti -que nunca hizo nada genial- más bien figuraba, y que había gente del ex satiricón ahi. de todas maneras, yo me refería a la idea de noticia apócrifa como mecanismo antecedente de la barcelona, más que al tipo de humor.

a dolina y a guinzburg los pongo como ejemplos de tipos que repitieron fórmulas que traían de aquella tradición periodística: guinzburg el doble sentido y cierta ironía fácil, dolina (que no entra en mi estante de artistas ni a palos) el marechalismo de tercera mano. es decir: los pongo como ejemplo de cierto tipo de decadencia. de paso: la expresión "profesional del humor" me suena rarísima, como recién inventada.

tambien me desagradan, y seguro por motivos parecidos a los tuyos, cosas como pinti y cqc. en particular, pinti por ese didactismo de maestra que tanto aprecian los turistas que ven su show. cqc, por ser y haber sido siempre reaccionario y vender progresismo barato a gente distraída, tal como lo explico en detalle en un par de posts previos del submundo.

no dije que la humor (y relaciono en una misma línea histórica tambien a satiricón, y me refiero más bien a los 70tas) no fuera de clase media, si digo -y ellos mismos lo han dicho- que la necesidad del momento los ponía en situación de arriesgarse. como tuerto entre los ciegos, si se quiere, pero movidito. y eso que los riesgos a veces eran el cuero mismo, ya sabemos. pero un ejemplo muy chiquito capas sirve: hanglin -hoy ejerciendo de gurú new age, machista y facho- dado aquel contexto de necesidades empujantes, escribía en el satiricón apasionmados elogios de buena literatura.

sobre el tipo de humor que disfruto y que me parece original -me voy a correr un poco del ámbito periodístico porque ahí no encuentro bastante- sacudo unos nombres intespestivamente: Zambayonny, Laiseca, Aira, Osvaldo Lamborguini, Zappa. menos pero suficiente: algún gestito de de ali g si me agarra entredormido dormido de madrugada, dr house y, de pasada por el quiosco,las tapas de la barcelona y a veces las de utilísima.
también me resultan muy buenos humorísticos algunos programas políticos o de entrevistas de los canales de cable, pero eso ya es problema mío.

de acuerdo con jorge en que tal vez podetti sea una referencia más que un ejemplo, y que hubiera sido más preciso de mi parte citar a los podéticos que jorge cita, tal como los cita.

como sea, el problema a discutir lo sigo viendo y esteban lo sigue confirmando: "insisto en que el que la función del humor no es hacer pensar...etc" dice. es que creo que eso no es posible. el enunciado purista de esteban (que me sorprendió y me sorprende) ¿no implica que está distraído de las implicaciones políticas de su ejercicio, que van per se más alla de hacer reir? ¿y esa "distracción" no afecta el ejercicio? ¿y cómo lo afecta? ¿no son este tipo de enunciados puristas signo de romanticismo derechoide? se quiera o no, siempre se hará pensar. se sepa o no, un discurso público siempre es un discurso político. y siempre hay en el humor el componente de la tragedia posible, como lo dijo tan lindamente pirandello. el asunto es cómo y en qué se piensa y se hace pensar. hablo de política en un sentido amplio, de conciencia de la propia ideología y de las posibilidades de trabajo a partir de esa conciencia. lo que es, justo, lo que a la clase media suela faltarle.

respuesta a anónimo juan sin miedo:

si, debo estar lleno de heridas narcisísticas, en serio. de hecho, hasta es posible que vaya al analista esta semana con tu comment impres.
si, huelo cierta decadencia y complacencia en este tipo de literatura de la que nos ocupamos, y la atribuyo a la función histórica de la clase media, que todo regula, acomoda y entibia a partir de sus miedos, más en algunas épocas que en otras. éste me parece un momento especialmente dormido del país. verás que ya he hablado masomenos de lo mismo y con más detalle en este blog, a propósito del periodismo.
como suelo decir aquí cuando alguien se molesta por lo que digo y se la agarra conmigo en vez de con los asuntos que propongo, discutamos sobre las ideas, no sobre mi. igual, por aquí y por alla, defino bastante claramente desde dónde hablo.
verás también en la historia del submundo que mis ejercicios críticos van bastante más allá de las metáforas malintencionadas, no seas malintencionado. cierto que a veces dejo huecos para dinamizar la cosa, como se vé que está sucediendo.
en un párrafo tuyo hay una cosa que -aunque marginal a nuestra discusiín- me interesa. decís: "los sueños de los lúmpenes no son el tema de Podeti así que aprovechá y dedicate vos, ya que te gusta la crítica" ¿debo entender de aqui que "los sueños de los lúmpenes" son el objeto de la crítica? ¿y cómo sería eso?

Anónimo dijo...

Las cosas que se arman cuando el ego es mayor que la razon , aca falta Rial y estamos todos , cual de uds seria Nazarena ?

Anónimo dijo...

Es interesante este párrafo:

"el enunciado purista de esteban (que me sorprendió y me sorprende) ¿no implica que está distraído de las implicaciones políticas de su ejercicio, que van per se más alla de hacer reir? ¿y esa "distracción" no afecta el ejercicio? ¿y cómo lo afecta? ¿no son este tipo de enunciados puristas signo de romanticismo derechoide?"

Es interesante porque decís que es inevitable "hacer pensar", lo que contradice por completo tu post, además de ser, me parece a mí, bastannnnte arriesgado.

Y también es interesante por lo siguiente: Existe un fascismo estético producto de una excesiva racionalidad. Quien tiene perfectamente claro todo lo que va a decir puede ser un buen ensayista, pero no un artista.

Prefiero artistas en general, y esto incluye a los humoristas, que dejan que a su arte se les escape algo. Borges decía, en su prólogo al Martín Fierro, que la obra de Hernández empezó como un panfleto, pero el personaje lo superó hasta convertirse en un ser vivo.

Si yo me preocupo demasiado por las "implicancias políticas" de lo que digo, no habrá doble lectura, no habrá puntos oscuros. Encuentro esto muy árido y poco estimulante. Es lo que pasa con Pinti -de paso, me alegro que coincidamos en esto-, con el cine argentino de los ochenta y el director Peter Grrenaway, por mencionar los ejemplos más burdos. Pero la realidad es que es tan difícil evitar la tentación de discursear, que hacer el esfuerzo de apuntar hacia otro lado, de no olvidar cual es mi función básica -o "distraerme", lo que para vos es un defecto- es el único método que yo por lo menos he encontrado para burlarla.

Por último, tus referentes humorísticos me parecen un poco artificiales. Zappa es un humorista sólo comparado con otros mpusicos, pero no hace reir a nadie, sino comentar "ah, muy bueno", con una sonrisita. Aira y Laiseca son escritores que utilizan el humor, lo que está muy bien, pero podríamos incluir en el mismo ramo a casi toda la literatura. Ali G, en cambio, es el típico "descubrimiento" sobrevalorado del periodismo al que le gusta estar en la última. No sé, creo que no te imagino riéndote con Pepe Biondi, lo cual es una pena.

Tengo mucho más para decir, pero hablar de mí me fascina y si sigo me puedo quedar hasta pasado mañana. Saludos.

P.D: Cipolatti SÍ es un genio, y era el cerebro tras Fraude, si es que no estaba escrita por él en su totalidad. Tengo los tres npumeros en mi casa y al día de hoy no han envejecido.

Mauro A Fernandez dijo...

e.p.:
no tiene nada de arriesgado decir que los mensajes más o menos legibles "hacen" pensar, ya sean ensayos humorísticos o informes sobre el rannking del campeonato nacional de tenis de nesa. hay muchas maneras de pensar y de proponer pensar, no necesariamente metódicas, analíticas o críticas. y todas inevitables... en fin, humanas.

digo, pongámonos de acuerdo en el signigicado este de "pensar" en un sentido amplio, no restringido a la pedagogía de "dejar un mensaje". ya hemos coincidido en aborrecer tal cosa.

el párrafo que señalás no contradice el post, lo acota, lo precisa un poco y completa. porque se pregunta cómo se hace pensar (cómo se "dice"), desde que lugar ideológico se dice y para qué, y qué sentido produce socialmente esa circulación. y eso nunca es solamente reir y hacer reir,vamos.

la conciencia de eso -que parecés negar- y que llamo aquí concoiencia crítica (tanto desde la lectura como desde la escritura) es lo que, de alguna manera, propongo.

y lo propongo enfocando y problematizando un funcionamiento histórico de clase. la clase media y sus limitaciones comunes de conciencia ideológica y las consecuencias políticas de eso, de lo que cierto discurso -que en parte representa tu blog- me parece a la vez síntoma y objeto.

y esa conciencia crítica de la que hablo es previa, es un back que está en tu mirada del mundo, en tu formación y tambien en tus tripas, no hace falta volcarla al papel en un exceso de racionalidad formal.

cuando hablo de "distracción" no me refiero a un método de trabajo, eso es asunto de cada uno. lo que llamo "hacerse el distraído" es esto que decis: proponer un supuesto humor puro,etc., postular como principio propio justamente algo que representa esta tibieza ideológica de la clase media.

mis 3 números de fraude no están a mano. pero las últimas miradas que les di, hace varios años, me daban esa conocida sensación de prometer más de lo que podía cumplir. me acuerdo de un solo chiste: el de cipolatti mostrando acordes de guitarra en unas fotos de plano muy abierto que apenas se veían. tambien creo recirdar un texto aburridísimo sobre el nahuelito o algo parecido. y, -mierda, no los encuentro- una destacada ausencia de cualquier cosa que pudiera parecer problemática.

caramba, me descubriste: nunca me causó gracia biondi, ni de chico. si, casi siempre, los tres chiflados. y mucho buster keaton, cuando lo vi amontonado por peña en horas y horas. nunca balá, si las comedias filoframáticas de mnarrone. tambien me acuerdo siempre de un cuadrito del marinero turco, en el que el cowboy bueno persigue a un malo y le grita "vení para acá, enano conchudo".

Mauro A Fernandez dijo...

ps:
claro que mis preferencias son artificiales. no menos artificiales que cualesquiera otras de cualqier otra persona en la materia. si vamos a hacer un elogio de lo "natural versus lo artificial" sobre este tema o cualquier otro asunto cultural(cosa que se insinúa cuando mencionas la búsqueda de "una risa primaria" entre tus intenciones) tendreomos otra discusión, aunque más corta y de menos vuelo supongo.

Anónimo dijo...

1. Por favor, contestame lo que te pregunté sin someterme a la tortura de tener que leer todo lo que escribiste.
2. No me enojé con vos, sólo te hice notar que lo insultaste a Podeti, hacete cargo.
3. Podeti suele satirizar a la clase media y lo hace con mucha gracia. Esa es una de las razones de su éxito.
4. Los sueños de los lúmpenes son tan objeto de crítica como los sueños de cualquier otro. Casualmente, se les hicieron realidad con el peronachismo hegemónico y por eso el país está como está. Si querés aprender sobre críticas a lúmpenes, lee a los marxistas.
5. ¿No te gusta hablar de vos y tenemos que enterarnos que te gustan los 3 chiflados? Andaaaaaaaaaa

Juan sin miedo

Anónimo dijo...

Me refiero a que me suenan un poco impostadas.

Saludos.

Anónimo dijo...

del blog de podetti:

dice un comentario:
dr froi- Estuve leyendo el artículo "Blogs podéticos: la última rascada en la olla de la revista Humor" en "elsubmundodel espectaculo....".
Evidentemente, a M.A.F. no le gusta el blog de Podeti. Ni falta que hace.
Y ojo, me parece muy bien, porque no creo que Podeti piense -ni quiera- gustarle a todo el mundo.
Con esto yo debería terminar el comentario aquí, pensando "este es uno que no lo votó para ganar el premio del blog salchicha", jaaaa, jaaaa, jaaaa.
Pero lo que me hizo seguir pensando en esa nota, es la posición desde la que fue escrita.
Ni un "yo pienso", "a mí me parece", "yo creo que...".
Tiene un estilo de encíclica, que me hizo pensar "a la pelotita... este tipo debe ser un capo".
Sin embargo, no reconozco en ese nombre, más que el de un escultor español. Pero no creo que sea él.
Tal vez sea un seudónimo, que esconda a un tipo de trayectoria.
Estuve tentado a buscarlo en la Wikipedia, pero al final dije... no, ¿para qué?
En realidad no me importa lo que haya escrito antes, sinó lo que escribió en esta oportunidad.
Y no me gustó. Mejor dicho: NO ME CONVENCIÓ.
Tal vez porque yo soy "casi educado, de mediana edad para el promedio de los que usan regularmente la red, de clase media o casi..." y me caben las generalidades de la ley. O sea, la ley de M.A.F.
Lo que sí me gustó del blog, es la "chica índiga". Podeti: ¿no hay forma de incluir fotos de chicas -y chicos, por supuesto- índigo en "Yo contra el Mundo"?
Tal vez, entonces el blog sea un poco más transgresor y menos complaciente, y tenga un olor más a... lavanda.

(Nota: Aaah, no te preocupes, yo estuve reflexionando sobre el artículo. Y llegué a la conclusión, por razones bastante largas y aburridas, de que el tipo es un tremendo ganso. P.)

(El que firma la nota como P. es Podeti)
...
Mauro:
¿Viste que aquí en el Submundo te hablaba bien, trataba de responder dentro del marco de la discusión,y en su blog te insulta para lavarse las manos?
Capas esto responde una de las preguntas tuyas que hay entre estos comentarios: ¿qué será un "profesinal del humor"?. Esa clase de falsedad barata, de decir una cosa aquí y otra allá, debe ser parte lo que Doña Podeti de Clarín considera "ser un profesional del humor".

Al final, vos considerás su blog y otros blogs como un entretenimiento reaccionario y decadente que representa a una clase social, con argumentos medio complicados, pero que creo entender.

Él reconoce que no piensa en política (como tampoco su público lo hace seriamente) y que no es necesario!. Se niega a hablar de política, se hace el boludo o se lo cree, que da lo mismo. Demostrando, creo, lo que vos querías demostrar.

Hasta ahora la discusión me parecía casi un empate,`pero se ve que a este amanuense de la derecha progre y semi alfabetizada no le da para profundizar más. Está bien, por eso trabaja en Clarín y divierte a la monada.
Para zurdos medio intransigentes, estás vos.

Diego A. Parés dijo...

No entiendo nada de todo esto.
Podetti es un genio, es el mejor de todos. Pero lejos, lejos.
Mi mujer sabe si estoy leyendo el blog de Podetti porque escucha mis risas desde la otra punta de la casa.
Deberías leer lo que escribió sobre Fontanarrosa para ver que es el humor para Esteban.
Depresión y nostalgia más 20 años de distancia, haran que alguien como vos diga en el 2028 que solo quedan las sobras de Podetti en los nuevos creadores.
Yo , sin ir más lejos, soy las sobras de mi padre y las migajas de mi abuelo. Y ese es un modo infelíz de pensar.
Es tan triste como decir que Liniers no es Quino. No veo la manera de relacionarlos. El modo más fácil de crítica es criticar algo por lo que no es.

Internet y sus blogs es para gente con casita que come tres veces al día y que si no es que les pagan, les sobra tiempo para boludear un rato. Como a mi.

En fín, lindo crítica, lástima que no sea como las de Panzeri.

Ana San Marin dijo...

Ajá! Diego Parés: "mas de 20 años haciendo reir (y pensar)a grandes y chicos".

No está mal la idea de dejar en claro de antemano que uno hace "pensar" a través de su obra, eso evita que alguien no lo note.

Excelente recurso. Se lo digo yo que hace más de veinte años que me gusta escribir (e ironizar) sobre las cosas que leo.

Anónimo dijo...

paráfrasis de la última frase de Parés, (completamente al márgen de esta discusión):

¡qué gorila es Crítica!
¡qué justo que sea de Adolfo Rodríguez Saa!

Anónimo dijo...

Parés: ¿a vos te parés que un tipo como Podetti que dice que Dolina es un artista, que afirma Cipollatti es un genio y insiste en que que se puede hacer humor puro sin consecuencias políticas puede ser un capo? ¿Entonces qué queda para los capos de verdad?

Diego A. Parés dijo...

La frase "haciendo pensar" es, obviamente un chiste sobre eso, de otro modo sería una pedantería.
Y lo de profecional con C tambien, por las dudas.

Tengo todos los discos de Los Twist, inclusive Con el cinco en la espalda, que Esteban me recomendó y está baaaaarbaro.

A mi, a diferencia de a Esteban, me gusta mucho Gila porque ese sí que hace pensar.

No dije que Podetti sea un capo, dije que es un genio.

¿Qué quiere decir paráfrasis?

Hermoso por Dentro dijo...

Hola Vincent: Yo creo que Podeti es un capo en lo que hace (Nadie discute eso aca) y es una de las personas más inteligentes y graciosas que conozco, el con su humor también hace pensar aunque no lo quiera admitir y poder se puede hacer humor puro sin consecuencias políticas y es un capo de verdad en lo que hace aunque diga que Dolina es un artísta (no estoy de acuerdo, o quiza sea un artísta de poca monta, yo creo qué es más un profesional, tiene todos los vicios a la vista)Pipo para mi no es un genio, pero me resultaba divertido lo que hacía en algún momento. Por eso te digo, que Podeti es un capo aunque le guste lo que a mí no me gusta. Al tipo lo contratan como humorísta y el hace divertir y reir, y en algunos casos de yapa:pensar, punto, es un capo de verdad en lo que hace, eso es indiscutible para un ser con más de 150 de coeficiente mental. Es como que yo te juzgara por haber firmado como un ánónimo con nombre de fantasía y quizá sea porque no tenés blog. O que diga que Olmedo era malo porque era un merquero facho y usaba su poder en la tele para garcharse aspirantes a actrices, sigue siendo un capo en lo que hacía.

PD: La revista Fraude hacía notas más paródicas y sin meterse tanto en la actualidad, pero hubo a principios de los 90, también en formato tabloide una especie de periodico con notas más estilo Barcelona, llamada El enemigo público que era muy buena y hacían notas más de actualidad, recuerdo una nota que investigaba en el nosocomio Montes de Oca el hallazgo de un cadaver con los mismos rasgos que el presidente Menem, se suponía que había muerto y el presidente era un impostor. Pero este periódico a pesar de la calidad,no tuvo suerte y salieron solo dos o tres números.
Abrazo a todos, Dani The O.

PD 2: ¿Qué decís Pares? ¿A Podetti no le gusta Gila? Entonces lo prejuzgué: ¡Lo hacía más capo!

Anónimo dijo...

Dani, sí que me gusta Gila. Así que soy RE CAPO!!!

A Vincent: Por favor, dejá las definiciones sobre lo que se puede y lo que no se puede hacer en el humor -que es mucho más de lo que vos creés- para los que reflexionamos sobre esto todos los días. Gracias.

Ana San Martín, ¿en serio no captaste la ironía de Diego? ¿O era una ironía sobre la ironía? ¿O viendo su foto creés que realmente tiene el aspecto de un dibujante de los años 40?

Ojo al piojo que Diego publica en la Barcelona así que viene con el "Sello de Aceptación" del bloguero medio!!!

Saludos a todos y gracias por la atención que me dispensan, salvo claro cuando me insultan. Esa parte mucho no me gusta.

Anónimo dijo...

A El Pez: Lo insulto en mi blog así como Mauro me insulta en el suyo. Capaz que no me da como suponés vos, pero entiendo lo que significa "sonrisita obsecuente". Lo que sí tengo por norma es no insultar en blogs ajenos.

No sigo discutiendo porque no puedo rebatir ningún argumento, porque Mauro no los da. Ni en su nota ni en sus respuestas cita un solo fragmento de un post mío, ni sabemos a quién se refiere cuando habla de los supuestos "blogs podéticos". Directamente nada me da a entender que haya leído mi blog, y vos -aparte de los comentarios que copypasteaste- tampoco. Es un metodo de critica que no me parece muy interesante.

En cuanto a que no pienso en politica es mentira y alcanza con leer mi blog para eso, pero claro... ¡Eso es RE DIFÍCIL!

En cuanto a la expresión "profesional del humor" no estoy haciendo un elogio. Precisamente estoy diferenciando entre ser un profesional, que se adapta, que entrega a tiempo, que da un mensaje racionalizado, terminadito y empaquetado, que hace lo que se espera de él, con ser un artista. Y Dolina, que en su programa de radio inventó algo, que hace unos programas de TV irritantes y kistch, al que se le va la mano con las "marechaleadas", entra en este campo. Los llamados profesionales no pueden ser parte de eso.

Por ultimo, mientras el progre semialfabetizado Podeti insulta a la mitad de sus lectores macristas o en lugar de atacar a Sobisch ataca a quienes hipocritamente defienden "el derecho constitucional de libre tránsito", el zurdo intransigente Mauro Fernández se mete contra los niños índigo (algo así como un moderno Raúl Portal) y Mario Bonelli o Santo Biasatti, vilipendiados a diario por la mitad de la blogósfera argentina. Un extraño concepto del riesgo.

Ahora sí, me retiro porque me tengo harto.

Ana San Marin dijo...

Podeti, realmente crees que es una ironía inocente lo de (y hace pensar) de Pares?

La idea de darle la vuelta completa a un chiste para que quede en claro lo que uno busca, es más vieja y obvia que las operetas de Dolina.

No digo que no sea valida, solo marco que hay que hacerse cargo de los modos que uno elije.

Mauro: Creo que tu post no es claro y además tira con perdigones sobre algo que luego no estas tan seguro de matar. Como siempre nos pasa en este blog, los ejemplos acaban conspirando contra el argumento.

Hermoso por dentro: En serio dejaste abogacía?

Gila? Cipolatti? Los tres chiflados? Olmedo?

Reordenemos la orgia.

Anónimo dijo...

No entendía bien lo de "ironia imnocente", que sería como un contrasentido, pero veo a lo que te referís.

Parés, además de ser el mejor dibujante argentino, es el tipo menos pretencioso del mundo, así que dificulto mucho que quisiera comunicarnos -a través de un retorcido tipo de ironía de 360 grados de cuya existencia me acabo de enterar- que "hace pensar". En todo caso no es una ironía tanto como una referencia cultural, como la frase "para grandes y chicos" y la foto.

Ah, y me encantaría estar en esa orgía. Ser empomado por Moe debe ser como tocar el cielo con las manos.

Diego A. Parés dijo...

¿Qué hace Olmedo entre tamaños genios del humor?

Yo, a diferencia de Podetti, soy mediocre, así que cuando no me sale hacer reir, no me queda más remedio que recurrir a la demagogia. Esto no es una ironía.

Mauro A Fernandez dijo...

dani:
que gusto verte querido! sospechaba que aparecerías, así como a los postres.
¿de verdad creés con p. que se puede hacer humor -o cualquier discurso público con cualquier matiz- que sea inocuo políticamente?

ana:
sé que el post es una perdigonada, no pretende matar. sé que le falta alguna información, aunque verás que se va precisando un poco más la cosa aquí en los comments, y sabés que eso de dejarla picando es uno de mis maneras de provocar discusiones.
en buena medida, como ya he subrayado, esteban mismo confirma en parte lo que postulo. luego: no sé si si hacen falta ejemoplos a esta altura, pero puede ser, tal vez me tome el trabajo.
igual, eso ejemplos tendrían que venir con más precisones teórico-políticas y temo ponerme pesado.

esteban:
no le pego a la ñueiy dede el catolicismo facho de portal, le pego porque entiendo que es una corriente de la cultura actual tan potente como imbecil y alienante. cosa que está muy clare en esos posts y comments.
no le pego al periodismo hegemónico por "diferencias de opinión" con biasati o cualquier otro, sino porque sus principios ideológicos me parecen,casi sin exepciones, un muestrario de la peor derecha, cosa sobre la que tambien reflexiono detalladamente en esos posts.
en cuanto a los insultos, son parte del entusiasmo. por mi, no hay problema.

todos amamos a gila parece? el humor es así, lima las asperezas.

Anónimo dijo...

Que bueno leer al Sub como siempre! y que se hayan sumado estos grandes de la historieta y la literatura.

Leerlos en este ámbito es muy valedero, el publico aplaude este encuentro de grandes en este blog que siempre se ha caracterizado por tener un filo propio que muchas veces se ha cortado a sí mismo pero que no clava jamás la reversa.

Felicitaciones muchachos por poner alta la canasta nuevamente y por resguardar un espacio libre de verdad, lleno de humo, lleno de linternas.

Mauro A Fernandez dijo...

ay boluda, no me hagas shorar! grax

Anónimo dijo...

Comprendo su fastidio, Podetti. La provocación de Fernandez me parece un gesto antipático. Pero comprenda que una provocación simpática sería antieconomica y poco funcional. Asi que no es para tanto, che.
Pedir tolerancia en estas lides es un recurso, digamos, afrancesado. La tolerancia, como el amor, es una mentira necesaria. Pero creer que la tolerancia implica tolerar cualquier cosa, es un discurso funcional a los que creen que la libertad es la libertad de mercado. Igual vaya y pase.
Ahora, pretender ningunear al rovocador con eso del escultor español y la wikipedia es medio mariconazo, con todo respeto. Es un "no te registro" más propio de una colegiala ofendida. Y si fuera el verdulero de la esquina que? ¿Hay que tener chapa para verduguearlo a ud? Bajemos los humos que ya Don Jorge Luis decia aquello de "Quien sos vos para no discutirme" Y chapa no le faltaba. Aqui termina mi contribucion al camorreo.

Igual lo que en verdad me intereso es eso de la corrección politica, ese adefesio retórico inventado por el raton mickey para pasteurizar la mirada politica, que es como decir la mirada, que es como decir la politica.

Hay cierto asunto con la corrección y la incorrección politica que no me gusta nada.

A quien le importa y a quien no parece ser una vara que mide, mal, la inteligencia y el ser o no ser parte de la gilada. El desdén como valor intelectual, ese vicio tan posmo, se parece demasiado a un caprichito burgues que se ha hecho carne. Un anzuelo hecho por pececitos inteligentes a medida del pescador de turno.

¿Es cool que no importe?

¿Cual es ese no importar que es elegante, cool, que cultiva un aire ausente y despreocupado porque le supergusta hacerse el raro?
¿No se pierde un poco de ese appeal al intentar conseguirlo a fuerza de un cinismo lookeado de sofisticacion que termina remarcando, obviamente, la preocupacion por lucir despreocupado? ¿Es lo unico que se pierde? ¿El tren de la historia ya se habra ido de verdad o sera un camelo para que no subamos? A ver si todavia nos quedamos en la estacion viendo a ver quien la tiene mas larga mientras nos hacen pito catalan desde arriba del vagon.

¿El enemigo, quien es? ¿Hay un enemigo? ¿O pensar que hay un enemigo es poco cool, como demode?

Un hombre debe saber elegir sus batallas, digo. Y la inteligencia, si la hubiera, deberia ser un arma. Aunque mas no sea un arma para evitar que todo se ponga tan feo como para tener que tomar las otras, las que hacen pum.

¿Un boludo en plaza francia con una remera del che comprando chucherias significa que Fucuyama tenia razon? ¿Ese boludo prueba algo?

¿El morral de la pibita con la remera de greenpeace prueba que no vale la pena luchar contra quienes estan haciendo del mundo un chiquero inhabitable a plazo fijo (Los mismos tipos, dicho sea de paso, que estan volando aldeas por petroleo, que no firman el protocolo de kyoto y que cuando la cosa se ponga fea en serio van a venir a sacarles el agua a tiros a nuestros hijos mientras nosotros chocheamos en nuestras sillas de ruedas,recordando lo politicamente incorrectos y cool que eramos)?

Lucir bien es un trabajo de estilistas y modelos de pasarela. Si el arte no es político, es una estafa.


No se si alguna vez habra sido un asunto de derecha o izquierda. Es probable. ¿Pero ahora que todo se corrió a la derecha. ¿Donde está el enemigo?

El otro dia escuchaba a Rial decir que el era anarquista de joven, pero que despues apareció la guita. Y lo decia, asi, como con una sonrisita canchera y cómplice.
Ese gestito sin importancia de un infeliz, festejado por el otro infeliz que lo entrevistaba, es una prueba contundente de tres cosas.

1- Rial es un imbecil y un canalla, pero esto no sorprende a nadie.
2- A nadie e importa llenar una plaza. La batalla está en los medios. Y ese gesto es un grito de victoria del enemigo en las narices. Y una meada en la tumba de cualquiera que haya creido lo contrario.
3- A nadie le importa, porque no es cool preocuparse por Rial.

El enemigo se disfrazo de espejo narcisista. Y mientras nos miramos a ver si estamos cool, nos entraron en la casa y se estan culeando hasta al perro.

Nunca hubo un mejor momento histórico para la subversion cultural que el presente. Eso es cool.

Mantis dijo...

No sé si Podeti será un genio, pero de a ratos lo parece, y mucho. Pero aunque no fuera genio seguriría siendo brillante, que joder.

Lo de Parés (cosa rara verlo por acá) es directamente bestial. Si al talento se le agrega la dedicación que tiene este tipo, te das cuenta de que va mas allá del horizonte. No tiene techo.

PD. Habría que buscar al Conde de Portal, para ver si alguien lo hace reir.

Anónimo dijo...

Leo P., no recuerdo que hayamos mencionado ni por las tapas la palabra "tolerancia" en esta discusión, que a mí también me parece una pelotudez, así como no desautoricé a Mauro por ser quién es, sino por su falta de argumentos. Tampoco tengo idea de a qué te referís con lo del escultor español y la Wikipedia. Espero alguna aclaración porque parece muy interesante aunque no tenga nada que ver con lo que estamos hablando.

El resto de tu comentario no lo leí porque me parece que es algo que ya tenías escrito de antes.

Jorge Mux dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge Mux dijo...

Leo P. se refiere al comentario del Dr. Froi que Mauro transcribe más arriba y confunde ese comentario con una afirmación de Podeti.

(Me gustaría participar de la discusión, pero tengo una inflamación en el túnel carpiano de la mano derecha, y desde hace un par de días casi no puedo escribir. Es en serio)

Anónimo dijo...

1 - Mux, escribí con la zurda

2 - Mantis, luego de las chupadas de pija correspondientes queremos tus argumentos

3 - ¿Podeti es índigo?

Anónimo dijo...

Un provocador debe ser intolerante. Y aunque ni por las tapas se haya mencionado la palabra tolerancia, la intuyo discurriendo en algunas respuestas, sin ser nombrada por poco cool. Parte del mecanismo que intento resaltar es justamente ese.
Gracias mux por la aclaración.
Es sabido el uso de heteronimos en estas cuetiones, por tal el motivo de esta posible confusión de interlocutores. La leña no era para ud P. sino para quienes pretendian descalificar por falta de chapa.
Igual dejeme decirle, Podetti, que aún así, su respuesta cuadra con esa cosa de colegiala ofendida al fruncir la nariz y decirme que no lo leyo todo porque le parece que yo lo tenia escrito de antes. En fin. De todos modos, y para su sorpresa, no. Lo escribi de un tirón despues de leer la discusión. Lo cual prueba, entre otras cosas, que la provocación tiene una funcionalidad.

Ahora, si la idea de su respuesta era ilustrar la esterilidad de ese gesto de desdén intelectual mas preocupado en lucir cool que en ser efectivo, lo logró con creces.

Discutamos de la subversión cultural. No de si lo escribi en arial o palatino.

¿Ahora si lo va a leer completo? Dele, sea bueno asi le cuento a mis amigos.

Anónimo dijo...

Y dale con lo de la colegiala. No sé, me pareció porque no le veía mucha relación con lo que estábamos hablando. Entre el texto y lo de las estatuas y la tolerancia, la chapa, etc. me quedé un poco confundido. Otra cosa, no uso heterónimos a la hora de comentar y en mi blog están prohibidos, precisamente para evitar estas confusiones bodrias.

Respecto de lo "cool" yo no tengo ningún problema en parecer o ser mersa (sin ir más lejos, me despaché largamente contra Rial, en la época en que yo era adicto a "Gran hermano"), y en cuanto a la incorrección política he escrito varias veces en contra de ella porque me parece que a esta altura es un cliché, y muchas veces una excusa para permitirse ser racista o fascista. Por lo que yo no tengo mucho para agregar al respecto.

A Mauro: Respecto de lo de los índigo y Santo Biasatti, me refería a que ocuparse de ellos en el contexto de tu blog me parece un poco complaciente. Dudo mucho que por el nivel de educación o gustos que muestran tus comentaristas haya algún adicto a la New Age; y el periodismo mainstream está muy desprestigiado en el mundo de los blogs. Pegarle a Clarín, por ejemplo es una especie de tema comodín que funciona siempre. A eso voy al decir con que no representa ningún riesgo.

Fijate cómo El Pez utiliza el hecho de que mi blog está en Clarín como una especie de Marca de la Verguenza. ¿Vos creés que a tus lectores se les revuelve algo cuando les hablás mal de Telenoche?

En cuanto a humor sin consecuencias políticas, se me ocurren varios ejemplos: "Mesa de Noticias", la mayoría del trabajo de Oski, Gary Larson, Mr. Bean, Peanuts, Jorge Corona. Como ves, hay para todos los gustos y estilos.

Claro que siempre me podés contestar que "todo es política" o que "todo trae consecuencias políticas" o alguna de esas gansadas tautológicas sobre las que es imposible discutir.

A Jorge: Que te mejores.

el aerolardo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
el aerolardo dijo...

Lo lograste, Mauro, provocaste reacciones.
Ese era el objetivo?
Ah, qué pillo, desmenuzando las cosas, cruzadito de brazos, ojitos entornados y actitud Cerdos y Peces.
Siempre lo digo, en este blog son todos re-pistolas, y vuelvo sólo por el Tío y el sobrino (los remates están cada vez más ingeniosos, cosa que creo que no te piacce, o si? el ingenio, digo).

Si querés la revolución, empezala vos.

Chau, pistola.

Anónimo dijo...

Cuando me referia a lo cool no lo situaba como sinonimo de fashion u opuesto a mersa. Pensaba mas bien en su sentido anglo (Tranquilo, canchero, frio, que la tiene atada)Igual se entiende, creo.

Esta bien, no lo llamo mas colegiala. Ud se lo pierde.
Igual, con lo de "Existe un fascismo estético producto de una excesiva racionalidad." admito que un poco me compraste, tontita.
Saludos

Anónimo dijo...

Es el mismo sentido, leo p. En todo caso cada estamento social o cultural tiene sus cools y sus mersas. Por ejemplo, para la blogósfera putear a Clarín es cool y publicar allí es mersa, intelectualmente hablando.

Anónimo dijo...

Otra cosita, me doy cuenta de que estar al pedo es muy malo para el control del ego. Casi estoy deseando volver a las minas de sal para dejar de comentar acá!

Hermoso por Dentro dijo...

Mauro:¿Cómo va? Lo que digo del humor que no deja mensaje es que por más que no se quiera existe, mirá la página de humor de La nación: Hay hasta humor político sin bajar línea política un caso muy raro por cierto,yo soy cultor del absurdo, del sinsentido,del humor tonto, pero es verdad que siempre algo para pensar te deja...aunque uno no lo busque, a Esteban también le pasa. Aunque pénsandolo bien el humor político sin bajada política también es una bajada política ¡Cuánta contradicción!

Ana: Nunca estudié abogacía ¡Pero caramba! aca tampoco hay que defender a nadie!!! Te organizo la orgía: Shemp y Curly, Moe, Larry Gila,luego vienen Pipo con Olmedo
Ah, y lo de Parés eso de que él hace pensar es un chiste inocente, sí, sí y sí señor juez, se lo juro por Dios

Podeti: Bien, te gusta Gila, sos re-capo... pero me parece que Copi no te gusta, te voy a tener que bajar unos puntitos. Mauro logró, lo que no lograron 300 macrístas ni los fachos que te amenazan:Te hizo enojar!!!

Grondona: Abandona la dirigencia

Dani: Si no sabés no hablés

Anónimo dijo...

No,no ¿Hablo en japonés, yo?.
No hablo de contexto anglo, argento o chicano sino de su sentido mas general, de lo que nombra.Se puede ser cool y grasa al mismo tiempo. El neologismo Cool es significante de dos cosas: relajado y canchero por un lado, fashion y en sitonía con la moda, por el otro. Pueden ser ambos. Me refiero al primero. No es lo mismo.
Evitese el didactismo berreton o lo vuelvo a llamar colegiala.

El guante que revolea es que la mitad de esos tipos que blogean se mueren por publicar en Clarín. Eso es cierto. Seguro.¿Y?

No sere yo quien enarbole esas descalificaciones tan pavotas. Por el contrario, creo que quien mas cerca esta del plato del emperador es el que más facilmente puede adulterar su comida, asi que todo bién. El asunto es si lo hace o si se conforma con picotear de las sobras del plato.

En cuanto a lo del ego y las minas de sal, ya le salio de nuevo lo canchero ¿Ve lo que le digo?

Colegiala tenia que ser.
Saludos

Diego A. Parés dijo...

Yo no sé, pero todo esto comenzó con esa idea de que el humor debe hacer pensar o algo por el estilo, algo de política o de hacer la revolución.

Te dejo un chiste:
-Doctor, cuando leo me lloran los ojos.
_¿Y no será que lee cosas tristes?

Es de Fontanarrosa, que aunque hagamos fuerza, no era el Che Guevara.

Porque la Humor, por suerte, además de tener notas de Enrique Vazquez, tenía humor.

Anónimo dijo...

El humor es anarquía y subversión. Piensese en Sopa de ganso de los hermanos Marx, en Keaton, en Curly, en los tortazos y las estanterias que se caen.

Y es muy probable que la falta de sentido del humor sea un condicionante ideológico bién peligroso.

La derecha carece de humor, al menos en general. Sobre todo la religiosa, para la que el humor es directamente una amenaza. El chiste de derecha, si lo hubiere solo puede ser cínico o cruel. Se me ocurre un ejemplo verídico; un funcionario de Nixon prendiendo su cigarro con la vela que cargaba un pacifista en la marcha antibélica al capitolio y diciendo "Ahora sirve para algo"

¿La ideologia condiciona el humor? No. Pero el humor condiciona la ideologia, eso seguro. Creo que con sentido del humor es mas difícil ser inhumano.

Nadie se toma mas en serio que un nazi.

saludos

Anónimo dijo...

Mauro gracias a haber nombrado a Podeti aumento el numero de comentarios en este blog que ultimamente se venia abajo en cuanto a visitas , muy buena movida similar a la de una bailarina nobel denunciando por tv a la vieja vedette , efectivisima , felicitaciones !!

Anónimo dijo...

Leo P., para mí es bastante claro que estoy hablando del snobismo y los prejuiccios de la blogósfera; lo de que "se mueren por publcar ahí", que yo no creo que sea cierto, es una lectura tuya. Por favor contestame a lo que digo yo, no lo que dice el interlocutor imaginario y berreta que me adjudicás para sentirte cómodo.

Me rompe las pelotas que me acuses de canchereadas cuando desde que entraste a esta discusión no parás de usar ese tonito de banana de barrio a lo Pergolini ("tontita", "colegiala") que todavía no entiendo a qué viene.

En cuanto al tema en concreto que nos ocupa, el humor de derecha sí existe y consiste en burlarse de las ideas de izquierda. Está en el dibujante Al Capp cando se burla en su tira de los hippies o gasta a Lennon durante su protesta en la cama, está en Borges cuando dice que "la democracia es un abuso de la estadistica", está en Giovanni Guareschi cuando en "Don Camilo" se burla del alcalde comunista y su ateísmo, está en P. G. Wodehouse cuando presenta a los socialistas como una banda de brutos hipócritas, y está en Landrú durante la última etapa de "Tía Vicenta".

Mal que nos pese, a todos estos artistas les sobra talento y sin embargo han apoyado posturas conservadoras.

Claro, como suele ocurrir en el mundo real, nada es en blanco y negro y también tienen su lado anti-poder: Al Capp lanzaba una crítica tremenda al capitalismo en la historia de los "schmoo" (unos seres que proveían a la gente de todo lo que necesitaban, haciendo innecesario ir a trabajar), Don Camilo se aliaba a su oponente comunista a la hora de enfrentar a los teratenientes, y por supuesto Landrú fue el gran revolucionario estético del humor argentino, además de que "Tía Vicenta" fue clausurada por sus burlas a Onganía (y sin contar con que fue el único medio gráfico de la historia argentina que evitó un golpe de estado). Pero también han asumido posturas de derecha injustifcables.

Lo de la subversión de los hermanos Marx es un invento de los críticos de cine de los sesenta, sería bueno ejemplificarla. La de Keaton no la veo en ninguna parte, y las guerras de tortazos de los 3 chiflados son liberadoras porque a todos nos gusta ver cosas rotas y sucias, pero no tiene nada que ver con una lectura política (Raúl Portal también destruía cosas en "El Caco" -rompió un auto a martillazos!!!- y a nadie se le ocurriría decir que es "subversivo"). En todo caso Chaplin fue mucho más político en "Tiempos Modernos" y de hecho años después tuvo que huir de USA por culpa del macartismo. Lo que pasa es que Chaplin, por algún motivo, le cae antipático al opinador ligero.

"El humor es subversión" es una frase hecha, no un argumento. Yo creo que el mecanismo central del humor en todo caso es desvalorización (esta teoría no la he inventado yo, pero estoy muy de acuerdo), y ésta se puede aplicar en la dirección que se nos ocurra.

Por fin, el canchero Carlos Menem es una prueba final de que la derecha puede tener mucho sentido del humor, sólo que el chiste fue a costa de todos nosotros y por eso no nos causa gracia.

Perdón por la extensión.

Anónimo dijo...

"La derecha no tiene humor" es un particular del general "los malos no tienen humor". La verdad es que se cagan de risa igual que cualquiera y que en sus chistes se ven los recursos retóricos típicos del género (como la sátira o la parodia).
Gran parte del humor no es más que argumentum ad hominem, por eso hay humor sobre judíos, gallegos, negros, comunistas, santiagueños, mafiosos, curas, monjas, profetas, mujeres, hombres, maridos, esposas, abogados, grasas, empleados públicos, superhéroes, etc.
Aquí estamos ante un argumentum ad hominem, pero sin humor y sin otro contenido que el agravio velado por metáforas vagas, pero con pretensiones pontificadoras: y todavía su autor se ufana de haberle robado unos minutos de atención a quien no desea ser públicamente agraviado al pedo, mientras se niega a presentarle razones que expliquen su actitud. Cosas vederes que non crederes.

Juan sin miedo

Anónimo dijo...

Me gustaría aclarar un tema, porque parece una costumbre leer los comentarios muy por encima, y mezclar un poco los tantos.
El texto "Sin embargo, no reconozco en ese nombre, más que el de un escultor español. Pero no creo que sea él.
Tal vez sea un seudónimo, que esconda a un tipo de trayectoria.
Estuve tentado a buscarlo en la Wikipedia, pero al final dije... no, ¿para qué?
En realidad no me importa lo que haya escrito antes, sinó lo que escribió en esta oportunidad"
me pertenece, y no a Podeti.
Y no se trata de "ninguneo", sinó mas bien de aceptar mi desconocimiento (¿alguno dirá "ignorancia"?) sobre la persona autora del post.
Es decir, dos errores dentro del mismo comentario: asignarle un texto a la persona equivocada, e intentar hacer una "interpretación" de lo que dijo el otro, sin ningún elemento de juicio.
Lo de "medio mariconazo", y "colegiala ofendida" que me corresponde por ser el autor del escrito, me parece que aunque el autor lo diga "con todo respeto" (¿?) no le aporta credibilidad ni seriedad a su opinión. De todas formas, le aclaro porque parece que le interesa el tema: no soy una "colegiala ofendida", y el porcentaje de mariconazo que ostento es variable, aunque difícilmente llegue al 50%. No sé, habría que medirlo con el Mariconímetro, pero no tengo ninguno a mano.
Además, la frase "En realidad no me importa lo que haya escrito antes, sinó lo que escribió en esta oportunidad" indica claramente que no me interesa la "chapa" del que escribió el post, sino su contenido. Y van tres.
Ahh, y aquí va una opinión mía, sin ninguneo, para la frase "La tolerancia, como el amor, es una mentira necesaria": no me gusta para nada. Me parece pava y pura pedantería, dicho eso sí, con el mayor de los respetos.

Mauro A Fernandez dijo...

no se ustedes, pero yo estoy casi contento. porque desede una porvocación (mi post) con unas puntas y razones a las que les puse y les veo cierto filo, vamos desgranando cosas en las que vale la pena pensar. ¿no?
estoy casi contento porque esta discusión se haga y se vea, después vemos.

amigos que mandan mails, la mayoría de los cuales no postean:
- Gast dice algo así cómo:
matálo de una vez a ese arriero de monos tontos de risa fácil,
no te pongas en conciliador comprewnsivo puto y no des tal tipo de explicaciones,
no hay por qué estudiar todo un blog para ver de qué se se trata,
los que se creen hunoristas están cagados,
pasá por encima la la cosa izquierda/derecha para apostar a la confusión profunda y fructífera de la verdadera creatividad ideológica y artística.
- Juan dice algo así cómo:
hablemos de política de una vez, de la derecha pequeñoburguesa que hace humor alienante para la derecha pequeñoburguesa,
y de la diferencia entre ser progre y ser de izquierda,
y de la necesidad que tiene la izquierda de que esos clasemediosos entiendan algunas cosas y actúen en consecuencia,
y de la necesidad que tiene la derecha de que esos clasemediososos sigan siendo funcionales a sus necesidades de poder.
- yanomano dice algo así cómo:
mirá el estilo que vos sabés de eso, y todo lo que queda afuera de ese estilo,
y fijate y anotalo y postealo,
y aunquer podetti no era exactamente tu blanco, hacelo pasar algún tipo de vergüenza literaria ejemplar.
Zamba dice -después de una charla personal- algo así cómo:
eso que acábas de decir, claramente político, me hace entendrete y entender la discusión mucho mejor,
y entenderme a mi mismo como creador tambien,
poné eso!.
Jorge dice algo así como:
necesito ejemplos,
te faltan razones redondas,
¿dónde está la incorerección política?,
algo de lo que decís que me preocupa, me hace un ruido que quiero ecuchar más ordenadamente.
dani dice algo así como:
me parece que se podría hacer un humor no político,
pero sospecho que me estoy engañando, y que la realidad es engañosa, y que hay confusión.

pues bien amigos que dicen en privado o no:
pongan lo suyo.

Mantis dijo...

Fabian C: No es que ande chupando pijas, sino que encuentro más coherente el ponerme a resaltar lo bueno del que dicen malo, que empezar a atacar a otros que nada tienen que ver con el asunto. Bueno habría sido que yo quisiese levantar a Podeti diciendo que otro es una mierda peor.

Y si pedís evidencia acerca de la categoría de los trabajos de Diego Parés es porque obviamente sos un reloj de arena y vas atrasando.

Anónimo dijo...

Acabáramos, ahora resulta que le tengo que contestar a gente que ni siquiera comenta.

A Gast, me parece que sí hace falta estudiar el blog que vas a criticar, sin ir más lejos te habrías enterado de que en el mío nos la pasamos hablando de izquierda y derecha, especialmente contra los que dicen que "no hay que ver las cosas en términos de izquierda y derecha".

Juan tal vez cree que hay humor no pequeño burgués, cosa que es mentira. A lo más que puede aspirar un humorista es a estar a la izquierda o la derecha de la pequeño burguesía; me encantaría ver a Mauro tratando de repartir los títulos de izquierda en serio, luego de explicarnos también por qué él lo es.


A Yanomano le digo que no hace falta que Mauro me ponga en vergüenza, sé perfectamente que mis escritos tienen fallas, que están escritos a los apurones, que hay párrafos ilegibles (aunque lo de "lo que está afuera de ese estilo" me suena a frigidez literaria de su parte). Me defino como un dibujante de historietas que escribe; Voy mejorando lentamente, pero tampoco el asunto me quita el sueño. Y que Mauro no se enoje, pero su estilo no es como para aullar de felicidad: Para ser un texto crítico está lleno de imprecisiones y frases hechas. Falta mucho rigor.

Me rompe un poco que es la tercera vez que leo que yo no era exactamente el blanco, pero no hay una miserable autocrítica acerca de usarme como "caso testigo", por no hablar de enterarnos, o tener una fragil pista de cuál era el blanco de Mauro!!! (Algo me dice que tal vez no quiere pelearse con amigos suyos)

Por fin, ya que podemos poner testimonios imprecisos de terceros, te cuento que vengo de una reunión de amigos (estaban César Aira, Alberto Laiseca y Osvaldo Lamborghini, aunque tal vez si les preguntás lo nieguen todo, viste cómo son) donde me dijeron "uh, Esteban, sos un capo, un maestro, un genio, cómo le pusiste la tapita a ese pibe, aparte la verdad que con lo que me acabás de decir en esta conversación me re abriste los ojos, dale, poné eso", pero no quiero repetir mis reveladoras palabras para no apabullarlos.

Ahora tal vez vengan los amigos de Mauro a cagarme a palos, así que se va el arriero de monos de risa fácil, chauuu chauuu chauuu Américaaaaa

Anónimo dijo...

Osvaldo Lambo, lamentablemente, murió hace como 20 años. Ése seguro no estuvo en la reunión con Podetti. ¡Un poco más de respeto con nuestros grandes artistas que han pasado a la posteridad che!

Anónimo dijo...

¿Ves por qué te digo que lo iban a negar todo?

Anónimo dijo...

Juan sin miedo no entendio nada. Pero parece que sabe latin.

Dr Froi. No fueron dos errores en uno. Fue uno, asumir el uso de heteronimos, que implicaba necesariamente el segundo. Y lo del amor y la tolerancia no es pedanteria, es un chiste amargo. Igual ud me cae bien. Parece que entendió, como yo, que nadie se va a batir a duelo por estas cosas y que aunque áspero, no deja de ser un intercambio de miradas .Bien por ambos. Aunque esto ya se haya puesto mas serio.
A Podetti-
Ya era hora.
¿Asi que cuando decis ,"para la blogósfera putear a Clarín es cool y publicar allí es mersa, intelectualmente hablando." no estas insinuando que se mueren por publcar ahí?
No viejo, no. Aca ya nos pusimos deshonestos. Asi que vamos por partes.
Me resulta ridículo seguir revoleandonos con lo de la comodidad. Asomar la nariz a la vereda deja inobjetablemente claro que es comodo y que no.
Si, claro que es una zona gris la la intención y la responsabilidad política en el arte. No hacen falta tus extensos ejemplos gráficos. No me extraña que estes de acuerdo con la teoria de la desvalorización. Alla vos. Pero insistir en que no hay subversion en el humor parece darle un poco la razon a Mauro, no?
Si no entendes a que viene lo de colegiala, problema tuyo. Nunca fue una canchereada. Fue un jugueteo mas bien inocente para intentar descontracturar cierta egolatria que habia ganado la discusion. Y que ahora ganó por goleada.
Lo de tontita era una elipsis pseudo amistosa que indicaba, justamente, que habia puntos de vista en común y que esto nunca fue un enfrentamiento. Me retracto, porque veo que la mala leche va en serio. Lo de Pergolini corre por tu cuenta. Eso si es berreta y malintencionado.

No acepto didactismos de alguien incapaz de ver la subversion de Buster Keaton. Y meter a Portal en la misma bolsa es una obscenidad de tu parte. A Chaplin no lo incluí para que no vinieran a joder con El gran dictador. En cuanto a lo del canchero Carlos Menem, es una miopia muy estúpida y de poco vuelo, muy a'lla Pinti. ¿Se supone un remate o que?

Al principio crei que Mauro le habia apuntado a la liebre equivocada. Gracias Podeti por despejar esas dudas.

Anónimo dijo...

En estas disucusiones siempre hay un canchero que, en cuanto le señalan la canchereada o le contestan en sus términos, se ofende. Lo de "tontita" y "colegiala" es muy Pergolini, leo P., aunque no te guste.

Cito:

"¿Asi que cuando decis ,"para la blogósfera putear a Clarín es cool y publicar allí es mersa, intelectualmente hablando." no estas insinuando que se mueren por publcar ahí?"

No. No entiendo por qué suponés eso. Nada lo da a entender. Estoy señalando un hecho que, como te repito, demuestra algo de snobismo. Si querés, tratá de explicármelo antes de acusarme de deshonestidad.

Si sos capaz de superar el numerito del indignado te cuento cuál es mi problema: Hasta ahora di ejemplos claros -lo que vos llamás "didactismo"- y vos seguís arrojando metáforas, lugares comunes ("asomarse a la vereda" , "el plato del emperador"), acusaciones de deshonestidad y egolatría, actuaciones de indignación por mencionar a Portal (el ejemplo como respuesta a tu mención de "los tortazos", sin embargo, era válido).

La verdad es que me rompe las pelotas tomarme el trabajo de buscar ejemplos en mi memoria, de descartar unos cuantos, y de usarlos en mi argumentación para recibir este tipo de respuestas genéricas. No me interesa ese tipo de discusión.

Lo del humor como desvalorización lo sostengo. Estoy repitiendo algo que leí, pero con lo que estoy de acuerdo, y que es algo así: El humor político desvaloriza la posición política contraria, el humor físico desvaloriza el cuerpo humano y los objetos, los juegos de palabras desvalorizan el lenguaje; ese -la desacralización de las cosas que nos tienen un poco prisioneros- es uno de los mecanismos que descontractura el cerebro, y que provocan la risa. Pero por el tonito que usás, parece decir "desvalorización" habla mal de mí. Me encantaría que también me expliques por qué.

Me encantaría, en toda esta discusión, escuchar UN argumento, UN ejemplo bien aplicado, UN razonamiento, y no declaraciones de barricada. Va para vos y para mauro.

Otra cosa, decirme "No acepto didactismos de alguien incapaz de ver la subversion de Buster Keaton" es una forma, en este caso sí, deshonesta, de no contestarme dónde está esa subversión, al mismo tiempo que descartás mis ejemplos.

Las películas de Keaton tenían en su mayoría una vaga trama romántica, alrededor de las que se entretejían los gags. A veces se enfrentaba contra la policía, como el 90 % de las comedias del cine mudo (supongo que habrás oído hablar de los "Keystone Cops"). Por lo que no escapaba al tono de Hollywood de la época en general. Lo que creo yo es que Keaton es una figura trágica por el célebre contrato que le arruinó la vida y la carrera. Es una especie de bandera para ganarse la simpatía del público. Era genial, por supuesto, y por eso me da pena que se lo utilice de esa manera (Claro que, en lugar de rebatírmelo, todo esto lo vas a ningunear llamándolo "didactismo").

Tenés razón: Lo de Menem como chiste fue una pavada digan de Pinti y ahora me averguenza, pero como ejemplo de sentido del humor de derecha no es desacertado.

Lo último, lo de la "liebre equivocada" -y además, con la certeza de que no leíste ni una línea de mi blog- lo tomo como un intento de gran final de tu numerito, antes del portazo.

Anónimo dijo...

¡Pero que horror! Leo p (mejor no pregunto "p" de qué) se dignó zarparme no muy eufemísticamente que "quién sos vos para discutirme que no entendés nada", parafraseando a Borges -que finado da para todo- e intentando erguirse en el fiel de cualquier balanza de opinión mediante amenazas terriblemente atemorizantes como "te digo colegiala, te digo tontita, guarda conmigo buuuuu, buuuuuuuuu, cuidado conmigo que estoy jugueteando inocentemente para hacerte el orto y te va a gustar un montón en cuanto te descontractures". Agonizo de miedo (pero sin bajarme los lienzos) y voy a parar a un capítulo de UVE (Unidad de Víctimas Especiales) cuando lo único que yo quería era mostrarle a Mauro Nosecuántos que escribe pavadas. It´s no easy life in tropics, evidentemente.

Juan sin miedo

Anónimo dijo...

Juan sin miedo
Ahora entiendo su heteronimo. No se ofenda, pero hablaba con otra gente. Igual sigue sin entender nada. Una pena.

Podeti
Ya ve, no hay portazo.
La egolatria era una apreciación general sobre el tono de la discusión.
Lo del plato del emperador era claramente una afirmacion de que la masividad no es necesariamente una condena. Y era una gentileza innecesariamente amable hacia ud. Ver que lo interpreto contrariamente vuelve a ilustrar su posición.

No estoy ofendido, al que se lo ve ofendido es a ud que se hace cargo de todos los sayos.

De verdad, los diminutivos(numerito, tonito) lo hacen quedar mal, como lo de Menem. Se lo digo para que no se vuelva a sentir avergonzado. De nada.

Sugiero retomar el eje de la discusión. Esto se acerca peligrosamente al desfile de testosterona.

Anónimo dijo...

Por supuesto que estoy ofendido, Mauro me dijo "obsecuente", "demagogo" y otras cositas, vos me acusás de deshonesto porque interpretás una frase según unos valores de mierda que me adjudicás porque sí; sólo que en ningún momento usé estas ofensas como argumento a mi favor o para tratar de cerrar la discusión. Por el contrario, trato de razonar un poco sobre el humor, un tema sobre que reflexiono todos los días antes de escribir.

Desde hace más o menos una semana espero el turno de Mauro -que por toda respuesta se dedica a citar unas comunicaciones con terceros donde le dicen que es un genio- y el tuyo para lo mismo. Por ejemplo, que me cuentes por qué Keaton o los 3 chiflados son subversivos, siendo que tanto en su época como en esta eran un vehículo de entretenimiento exactamente como. O que me expliques cuál es el "Emperador" (supongo que creés que es Clarín y no la empresa donde trabajás vos en el caso de que lo hagas o donde trabaja Mauro) y qué significa para vos "envenenar su plato".

Voy a hacer un resumen de mi visión personal de este asunto: Mauro postula una teoría sobre el humor pequeño burgués y me pone a mí como paradigma del mismo. Yo y un par de personas más protestamos -no porque yo no sea pequeño burgués, tampoco jodamos- sino porque dentro de todo, y especialmente en el contexto de Clarín, en mi blog se plantean algunos temas políticos en un tono que no es el más habitual en estos medios, se habla de izquierda y derecha y sobre todo recibo tantas puteadas que la acusación de complaciente es bastante injusta.

A continuación, Mauro insinuó un par de veces que tal vez yo no era el mejor ejemplo, y sin embargo se dedicó a discutirme, pero jamás usando argumentos muy claros, ni explicándome -con ejemplos concretos- por qué yo era un obsecuente y mis lectores unos idiotas. Su argumento más fuerte contra mí ha sido que tengo una casa y como tres veces por día, algo que también puede decirse de sus "aprobados" Aira, Laiseca, Ali G. y los autores de Barcelona, por no decir de él mismo.

Luego toma -y vos también- mi teoría personal como una "demostración" de lo que él dice, cuando la única demostración de su artículo hubiera sido analizar mi blog con honestidad. O alguno de los que llama "blogs podésticos". Hasta ahora, una semana después, de eso ni noticias. Ignoro también por qué es más pequeño burgués hablar contra Macri o la represión policial que sobre niños índigo.

No sé si es un buen momento para "retomar" la discusión. Esto me interesaba a mí por una cuestión personal, pero no sé si es interesante para quienes leen este blog. Y en lo personal empiezo a cansarme un poco, así que a menos que surja un tema especialmente apasionante creo que voy a tirar la toalla. Sin rencores.

Saludos
Esteban

Anónimo dijo...

No es para tanto y te explico porqué. La deshonestidad de la que te acusé es dialectica. Y puedo probarla.
,"para la blogósfera putear a Clarín es cool y publicar allí es mersa, intelectualmente hablando."
no refiere solo al snobismo. Es ademas un intento de defensa descalificativa no demasiado funcional en esta polemica. Y esta fundado a mi entender en una apreciación del exito y la masividad un tanto culposa. Pero sería defendible. El problema, casi con mayusculas, es que no defendes lo que decis entrelineas. Estás tan preocupado por dejar claro que no sos "de derecha" que enseguida desdecís enunciativamente lo que afirmaste tácitamente. Este es un problema que te deja en un lugar de tibieza en el que Mauro y sus amigotes te castigan, sí, sin piedad ni decoro.

Lo que me lleva al plato del emperador. Te lo repito. Era algo BUENO. Te decia justamente eso. Que la subversion y la contaminacion cultural de la que hablo es exitista y panfletaria por definición. Cuanto mas gente ,mejor. Volviendo a un razonamiento de Lennon pulenteando, que decia "si antes coreaban I wanna hold your hand...bueno, que coreén give peace a chance".
¿Entendes? Si estás cerca de Clarin y te parece que tu discurso no es complaciente, esta muy bien. Yo no estoy tan seguro, pero no nos vamos a batir a duelo por eso. Son miradas, justamente.

Y no es que me falten ejemplos. Tu "ranking de nada" me resulta una suerte de Los insufribles de Humor, post cacerolazo. A mi no me hace reir, pero eso no te vuelve el enemigo ni mucho menos.

Cuando malentendes el sentido de lo cool, te pones a explicarme lo que quise decir y no te sale, bueno, eso es didactismo. Ante una patinada asi es evidente esperar alguna represalia retorica. Que fue un chirlo, no un piñon, vamos.

Creo que el nerviosismo que te hace poner una frase tan desacertada como "Por fin, el canchero Carlos Menem es una prueba final de que la derecha puede tener mucho sentido del humor, sólo que el chiste fue a costa de todos nosotros y por eso no nos causa gracia." y de la que , nobleza obliga, te avergonzaste enseguida, es el mismo que te lleva a no entender que lo de tontita es conciliador y no una sobrada.
Ahora, precisamente, esa linea que vos escribiste y de la que despues te avergozas ilustra un poco esa ambiguedad politica. ¿Notaste eso? Aplaudo tu capacidad de ponerte en duda, eso es de hombres inteligentes, pero ¿Cuantos de esos se te escaparán por dia?¿ No te parece mejor cuestionar más de fondo tu propia posición en vez de salir a tapar las grietas que genera?
¿Te acordas de 1984? No se si sos Emanuel Goldstein, no creo. Pero nunca está de más hacerse esa pregunta. Es un sayo que nos cabe a todos
Lo mismo digo. Sin rencores. O como diria una tia, "pa que se van a peliar si nunca se llevaron bien"
Saludos.

Anónimo dijo...

Leo P: no me ofendo, está clarísimo que el cholulismo te consume. ¿Ya le mostraste a tu tía que "hablaste" con Podeti, el famoso humorista que se codea con emperadores?. Pero tampoco la pavada, le estás choreando a Mauro su minuto de gloria (aunque el que le roba a un ladrón tiene 100 años de perdón).

Es algo dialéctica, gnoseológica y axiológicamente BUENO ¿eh? no malinterpretes.

Saluditos a tu tía

Juan sin miedo

Anónimo dijo...

Ufff, Leo p., qué cabezón que sos. Hay una descalificación, no sé si funcional o no, pero está referida al esnobismo, como ya te dije tres veces; si le querés dar otro significado es un problema tuyo. A mí, en cambio, me molesta que no te hagas cargo de la defensa del Proceso y el Tercer Reich que hacés subliminalmente (¿se hace así, no?).

No tengo ningún problema culposo porque mi blog no es "exitoso" ni "masivo". Me parece que leés muchas notas sobre "el fenómeno de los blogs" y tenés algunas fantasías infantiles; Internet y los blogs son los hijos bobos de los medios, y a nadie le interesa demasiado lo que ocurre en ellos.

Ni los rankings tienen nada que ver con Los Insufribles, ni en mi puta vida he escrito algo que se llame "Ranking de Nada". Sigo pensando que no leíste un carajo.

En cuanto a tus lecciones finales, tengo mucho que reprocharme, pero no he encontrado en esta discusión ningún reproche medianamente razonable; un chiste malo largado en un comentario no define mi trabajo ni mucho menos "ilustra mi ambiguedad política". Te tomaste un Pernod antes de escribir eso, ¿no?

Saludos...

Anónimo dijo...

Anonymo sin miedo o algo asi
Ese chiste lo hice yo al principio, pero mejor formulado. Nadie espera demasiado de ud, pero si va a interrumpir, sea bueno y hagalo con algo mas sustancioso. O sea más bueno aún y no interrumpa mas. Igual yo soy de gastar pólvora en chimangos, no se haga problema...

Anónimo dijo...

Ahora a lo serio.

A Esteban"Ni los rankings tienen nada que ver con Los Insufribles, ni en mi puta vida he escrito algo que se llame "Ranking de Nada"Podeti

Me permito darle el link del artículo que ud nunca escribió y de paso advertirle sobre un peligroso usurpador de titulos y honores que firma con su apellido.

¡Top Ranking 55 de cualquier cosa!
En un mundo de rankings de esto y rankings de lo otro, hacía falta un ranking de nada en especial:

1) Naranjas.
2) Hacer las compras de todo el mes en el maxikiosco de la esquina.
3) Yo.
4) Cajero de supermercado...etc, etc

http://weblogs.clarin.com/podeti/archives/064258.php

SI existe el artículo. SI se parece a los insufribles. SI me parece poco gracioso, pero es un asunto mio. SI, bebo de vez en cuando, pero no al punto de perder la memoria.
Igual de tan desmañado como polemista termina cayendome simpático.
Saludos

Anónimo dijo...

Pretender ningunear es medio mariconazo, te lo digo con todo respeto ¿eh?
Es un "no te registro" más propio de una colegiala ofendida. Bajá los humos, bajá un cambio, bajá a abrir que te tocaron el timbre.

El humor es anarquía y subversión
Leíto clabó un clabito ¿qué clabito clabó Leíto?
Profesor, profesor ¿los clabitos no se claban con V?

La derecha carece de humor
Podeti carece de humor
Podeti es de derecha
¿y todos esos boludos de qué se ríen?

Ése es tu nivel de discusión, Leíto. ¿Sabías que los esquizofrénicos no pueden entender los tropos? Si no podés entender los anti rankings de Podeti preguntale a tu tía si conoce a algún siquiatra. Te lo digo con la mejor onda ¿eh? No malinterpretes.

Juan sin miedo, el chimango querendón

Anónimo dijo...

Ufa, basta de usarme los chistes. Si, juan, ya te vimos.
Una galletita por la gracia.

gabrielaa. dijo...

es que no era "Ranking de Nada", Leo p'! era "Top Ranking 55 de Cualquier Cosa"! chequee sus citas, please

y sí que nos la pasamos hablando de izquierda y derecha: el blog de P. es de los menos políticamente inocuos que conozco

salut

Anónimo dijo...

gabrielaa
Nunca dije que "ranking de nada"(Así, con comillas y sin mayúscula) fuera el título. Lo aludí mas ligeramente porque asumí que Podetti se iba a hacer cargo de toque siendo su autor..¡! (Igual era parte de su subtitulo, que vuelvo a citar. "¡Top Ranking 55 de cualquier cosa!
En un mundo de rankings de esto y rankings de lo otro, hacía falta un ranking de nada en especial"

Y es sobre nada y es igual a los insufribles, etc. Super chequeadas las fuentes, Gabrielaa.

Estoy de acuerdo con que no es inocuo. De hecho, creo que cumple una función. Es justamente esa función la que cuestiono. Por eso lo de Emanuel Goldstein y la funcionalidad de cierto tipo de "humor de protesta" que a mi me suena un poco a Facundo Cabral y Rudy Chernicoff en una bañadera diciendo "Cheeee...Como roban lo' politico'..."

Saludos

gabrielaa. dijo...

no sé qué son "los insufribles, etc." (aunque sospecho que algo de la TV), así que sobre eso no puedo opinar.

pero el uso que hacés del adjetivo "inocuo" es equivalente a "reaccionario", y de su "función" derivás "funcional al sistema", y ahí disiento vivamente.

acá me voy a excusar, porque no me da para escribir laaargo como vienen haciéndolo. intervine porque después de tantas y tan sesudas argumentaciones, gracias a tu link volví a leer el Ranking de marras y *volví* a cagarme de risa. será que comparto códigos con Podeti. y que ni él ni yo vamos a hacer la revolución.

Anónimo dijo...

Los insufribles es una seccion de la vieja revista Humor.
No tiene nada de malo que te cause gracia el ranking.
No creo que Podetti sea reaccionario. Pero me parece que cierto tipo de humor que perpetra es funcional a intereses que si lo son.
Igual, si la revolución ocurriera, seguro que vamos a poder contar con vos. O como diria Natalia Oreiro poniendo cara de pucherito para Greenpeace ¿Contamos con vos?
Saludos

gabrielaa. dijo...

ay. "Natalia Oreiro": otro bache en mi cultura.

pero pensaba: decís "me parece", "me suena"... ¿qué tal un poco de suspension of disbelief y lectura del blog de P.? digo, como trabajo de campo. (y *no* es una chicana)

salut

Anónimo dijo...

Te juro, y no es chiste, que lo tengo leido. Lo de "me parece" es en sentido de parecer en cuanto a conviccion, no de opinión dubitativa o falsamente tolerante.
Lo de Natalia Oreiro es una propaganda de Greenpeace que pasan en el subte que es como una arenga ecologista bienintencionada pero involuntariamente graciosa.
Finalmente en cuanto a lo del disbelief, se que no parece, pero soy casi neo-romantico. Deberias ver las trenzas que se me han armado con mas de 4 posmos cinicones y desangelados.

O "Sin corazon moja menos la lluvia pero igual esta mal" por citar a un gran poeta.

Saludos

Jorge Mux dijo...

¡Cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cucu cu cu cu cu cu cu!

Anónimo dijo...

¿En serio Cu?

Anónimo dijo...

Inclino humilde la testa ante el maestro y acepto lo que me cuadre de la reprimenda.

En serio.

gabrielaa. dijo...

cu = mu ?

(ya se repuso del túnel carpiano, Mr. Mux?)

Anónimo dijo...

yo sigo esperando algún argumento de leo p', pero veo que se le complica la cuestión.

igual que al otro gil, sí, a vos, pibe!


yo estoy con Podeti.

Anónimo dijo...

eso!

Anónimo dijo...

que tarados !!

Anónimo dijo...

Leo P., los insufribles era una sección fija de Humor donde ponían cosas o personas insufribles, desagradables, tontas (por ejemplo, "los que dicen 'o-ká'"). De ahí su nombre.

El "ranking de cualquier cosa", que hice una sola vez y no era una sección, era un ranking donde sencillamente, puse cosas sin ton ni son: palabras sueltas, fragmentos de una novela que estaba escribiendo, ideas para posts que no hice nunca, etc. De ahí su nombre.

No había ningún tipo de valoración de los elementos de la lista y el objetivo era hacer un post sin ningún sentido, donde tal vez algún elemento por separado tuviera sentido.

Salvo la estructura de lista, no encuentro la más puta relación entre las dos cosas.

Creo que ahora entiendo bien cuál es tu problema: No entendés las cosas. O sea, sos medio tonto.

Me quedo más tranquilo, te juro que llegué a pensar que tal vez, en una de esas, capaz, a lo mejor, estaba haciendo algo mal. Saludos.

Anónimo dijo...

Mis puntos han sido más que expuestos. Por motivos pesonales que no vienen al caso te aseguro que no necesito que me expliques que sección es cual en la revista Humor.
Parecés incapaz de hacerte un cuestionamiento útil, y eso te pinta como un peso pluma. No entendés que las piñas que se tiran son para abrirse la cabeza mutuamente. Son un deber y una obligación casi. Pero si te lo tengo que explicar, no lo vas a entender.

En ningun momento te insulté hasta ahora, y me alegra que vos lo hagas primero. Esta bien que un alma bella, bienpensante y anodina como vos abandone su tibieza pseudotolerante llamandome medio tonto. Aunque hasta en el insulto sos tibio.
Al menos tenés la astucia de no firmar cheques con la lengua que despues no puedas pagar con el culo.

Por mi esto esta más que terminado y hago mutis por el foro. Ya se desdibujo hace rato.

A disposición tuya queda mi dirección de mail por si queres coordinar un encuentro para insultarnos en persona.
Chau querido.

Anónimo dijo...

Bueno! Cuanta gente famosa! Hasta algunos dibujantuchos de comics que se escudan en seudonimos. Y yo no podia faltar ya que me nombran al inicio de la discusion... soy el Gordo merquero...Yo estoy de acuerdo con Leo P. aunque no se porque critican que Podestri trabaje para una multinacional (y de la informacion que es mucho peor) cuando ya lo hizo tantas veces en su vida, incluso algunos recordaran su publicidad para la 7UP en la tele. Insisto en que estoy de acuerdo pero él ya ha explicado todo tan inteligentemente que no me interesa aburrir. Sí entré para decir dos cosas: primero que me dan pena los chupamedias de podestri, que falta de personalidad, de ideas propias...si te gusta su humor ya está, yo no salgo por ahi a defender a Lennon, escucho su música y ojo que John esta muerto y no le vendria mal una ayudita...en fin, sin explayarme....que vidas tristes. Y lo segundo, al boludo de Mux le pediria que antes de escribir sobre mí se informe. Cuando podestri me califica de gordo merquero no sólo demuestra una mentalidad cerrada y discriminatoria contra las libertades individuales o gustos de la gente (y lo peor es que no soy ni gordo ni merquero, soy porrero!) sino que es un modo de descalificar con esa onda: sos bobo, no sos nadie, o los insultos directos, sabiendo que cuenta con su patota que lo va a apoyar. No lo veo a podestri haciendole frente solo con sus manos limpias ni a un alfeñique de 44 kgs Te decia Mux que leas por ej. mi primer comentario del dia de la discusion sobre los nazis (un insulto recurrente de podestri). Alli veras que le critico a podestri su alegre liviandad con que dejaba entrar comentarios y chistes faciles sobre los judios y el jabon y otras atrocidades. No recuerdo las palabras exactas de mi comentario pero sí que terminaba preguntándole "...para cuando los chistes de desaparecidos, idiota?" Obviamente me insultó y me dijo "gordo merquero" y sus tristes marionetas lo festejaron, pero al menos logré que otros reaccionaran. Si Mux, busca ese post, el mío fue el primer comentario sobre las estupideces en forma de chiste que estaban escribiendo ahí. De todas maneras reconozco que hay temas que me superan quizas porque en algun momento me afectaron.
Muy bueno el blog y por fin alguin pone a este tipo y sus secuaces un poquito en el lugar que se merecen.

Jorge Mux dijo...

Leoesteb:

Si vos creés que yo no tengo ideas propias ni personalidad, por favor visitá los tres blogs que mantengo diariamente; blogs en los que sigo una línea de acción muy clara y en los cuales jamás se nombra a Esteban Podeti. Esos blogs tienen un año y medio de vida, más o menos, pero yo vengo trabajando con literatura desde hace más de veinte años. Tené muy pero muy presente que a Podeti lo conocí el año pasado y, así como he conocido a muchos escritores cuyos textos luego dejé de leer, a él lo sigo leyendo día a día y lo respeto tanto desde el plano creativo como desde el polítco. Le dejo muy pocos comentarios y, como verás, hice una defensa de su persona en este blog, no en el de él.
Leí todos los comentarios sobre el nazismo; todos, absolutamente todos.
Reproduzco el comentario al que hacés referencia y con el que pretendés aclararme algo:

"Justo vos Podetti hablando de Hitler, nunca te vi en ninguna marcha de la resistencia. Las heridas no se curan con silencio dijo alguien...tampoco se curan tomandolas a risa...Para cuando los chistes de desaparecidos, idiota!"

En primer lugar, no sé qué queda claro -para vos- con este comentario. Para mí refuerza la hipótesis de que te falta cierta madurez. Como mínimo.

En segundo lugar: ¿Vos realmente esperás que la gente te trate bien cuando utilizás adjetivos como "idiota" y "boludo", y cuando tenés una visión tan distorsionada de la realidad histórica?

En tercer lugar: ¿qué tienen que ver los "chistes de desaparecidos" con la ley de Godwin?

En cuarto lugar, decís: "Dibujantuchos de comics que se escudan con seudónimos". Tengo una duda: ¿leoesteb77@hotmail.com es el nombre que figura en tu documento o es un seudónimo?

En cuarto lugar, me sorprende esta frase: "al boludo de Mux le pediria que antes de escribir sobre mí se informe". Decime, ¿en qué momento escribí sobre VOS? Y, además, ¿quién sos vos? ¿el tipo que firma como leoesteb77... y qué más? Puse como ejemplos de qué manera trata Podeti a su público ("gordo merquero",) y saltaste vos -el señor del seudónimo que se queja de los seudónimos- a decir que eras el "gordo merquero" (?). Se ve que estás muy sensible y paranoico, pero en ningún momento hablé de vos.
Si te sentiste tocado cuando dije "deberías ver cómo le contesta a los imbéciles", es un problema tuyo. Un problema muy serio.

Por último, ya que transcribí tu comentario, transcribo lo que te contestó Podeti, para que la cita sea completa:

(Nota: ¿Otra vez vos, gordo merquero? Tomate un bajativo. Y sos muy, pero muy pibe para hablar de resistencia, ir a una marcha en democracia es casi como irse de picnic. P.)

Jorge Mux dijo...

Ah, de paso, fijate que vos le dejaste tres comentarios a Podeti en ese post, y yo no le dejé ninguno. ¿Quién es el más zalamero: vos o yo?

Ah, y un pequeño consejo: cuando estás argumentando acerca de algo, no remates el argumento con un "De todas maneras reconozco que hay temas que me superan", porque es como decir "yo de esto no sé nada y todo lo que dije es una estupidez".
Pensalo.

Anónimo dijo...

Sos un genio Mux, dejo tus palabras resonando como un eco...
El Gordo Merquero

Anónimo dijo...

¿Puede un tipo ser tan idiota de quejarse porque lo llamaron "el gordo merquero", y después firmar como "el gordo merquero"?

Anónimo dijo...

Dale boludo, firmá que te sale la misma IP. Tu cerebro es demasiado literal por eso te gustan los chistes obvios o defendes a un tipo que cuando no tiene argumentos para defender una idea recurre al insulto o la descalificacón como hizo más arriba con Leo P. Y por eso te quedaste ahi con lo del seudonimo, no te da la cabeza. Hacé un esfuerzo, trata de pensar solito, y vas a ver que es lindo tener vida y pensamientos propios, cholulin.
Y con vos no hablo más, porque si podestri es un tarado con bastante talento (aunque endiosado por el cholulaje sin personalidad) vos sí me pareces un completo mediocre. Adios y no me escribas más a mi email, gil.
El Gordo Merquero

Jorge Mux dijo...

Mamita, qué enfermo que es este tipo.

Cualquier cosa es suficiente para agredir, pero no responde a ninguna de las preguntas que se le hacen.

Viene a criticar a Podeti, pero termina defendiéndolo.
Viene a quejarse porque lo tratan de "gordo merquero" y firma como el gordo merquero.
Habla de las descalificación, y empieza sus mails insultando.
Se queja de los seudónimos y firma con seudónimos; es más, adopta el seudónimo que quiere que le quiten de encima.
Ni siquiera tiene una página para que podamos comparar si es más o menos talentoso que Podeti (no sé por qué, sospecho que es muuuuucho menos talentoso), pero viene acá a tirar bombas y a juzgar a los que hacen algo.
No, además de merquero es imbécil.

Transcribo el mail que le envié a este gordo merquero. Como verán, lo hice con la mayor corrección, pero se deschavó, es un troll:

"Podeti se refiere a usted como "gordo merquero"; yo me referí a los epítetos que usa Podeti para atacar a quienes se le oponen en el marco de una discusión acerca de si el trabajo de Podeti es políticamente correcto o no lo es.
Usted -no sé quién demonios es usted- llegó muy enojado -todo el tiempo parece estar enojado- insultándome porque me había referido a su persona (?) y aclara que es "el gordo merquero" pero que "no es merquero".

No sé qué parte tiene en esta discusión y si puede hacer algún aporte importante. Le he dejado un par de comentarios, uno en elsubmundodelespectaculo.blogspot.com y otro en monstruosyberenjenas.blogspot.com.

Usted me acusa de falta de originalidad, incapacidad para expresar propios conceptos y adicción (en el sentido etimológico del término) al sr. Esteban Podeti.

Le ruego tenga a bien tomarse el trabajo de leer lo que hago en la red, lo que vengo haciendo durante muchos años en otros medios y -para variar- trate de interpretar correctamente que yo no estaba defendiendo a Podeti por adicción a él, sino porque voy a defender siempre a aquellos que me parece que hacen cosas que merecen ser defendidas y que son atacados con argumentos poco claros. Por supuesto, si usted persiste con un absurdo enojo por haber malinterpretado algo que corresponde a una discusión que pasó hace más de un mes, y usted sigue empecinado en sus minúsculos argumentos -si es que son argumentos-, leer lo que hago no le resultará fácil.

Sus comentarios -tanto en el blog de Podeti como en los blogs en los que discutió conmigo- son poco claros, reactivos, malhumorados, con una sintaxis pésima y su contenido evidencia que usted no entendió nada. Mi impresión final a partir de su manera de escribir es la siguiente: o bien usted es un troll que nos está tomando el pelo, o bien es un psicópata paranoico, o bien no tiene muchas luces pero siente un odio irracional hacia todo lo que se le opone. O bien todas las cosas juntas.

Si usted responde este mail con insultos, como parece ser su costumbre, entenderé que es un troll o un loquito, y advertiré a mis bloggers conocidos acerca de ello.

Si usted puede hacerme entender que es una persona sensata e inteligente, podremos continuar este diálog en un clima un poco diferente, y trataré de hacerle entender en qué creo yo que usted se equivoca.

Y si no me responde, pensaré que es todas las cosas juntas que supuse más arriba.

A todo esto, ¿cuál es su nombre?

Espero que pueda responder. Y, por supuesto, yo con usted no tengo asuntos privados, así que toda nuestra charla será expuesta en la plantilla de comentarios de algún blog -probablemente elsubmundodelespectaculo.blogspot.com"

Chau, enfermito.

Anónimo dijo...

Yo sé que no hay que guiarse por el famoso "argumentum hominem" (o como diantre se escriba), pero... A ver, por un lado dos monstruos como Jorge Mux y Diego Parés me defienden... Y por otro un descompensadito como leoesteb se ensaña conmigo.... Mmmmmhhhh...

No, se ve que tan mal orientado no estoy. ¡Menos mal!

Anónimo dijo...

Otra cosa, no encuentro el e-mail que leo p' ofreció gentilmente para continuar nuestra discusión. Le dejo el mío, si quiere la seguimos por ese medio así dejamos de molestar al Submundo:

yocontraelmundo@ubbi.com

Saludos.

Anónimo dijo...

ese leo p' es un payaso, no dio un solo argumento para debatir.

gabrielaa. dijo...

señor gordo merquero, cholula sin personalidad será su abuela!

Anónimo dijo...

Buenísimo todo, uno arma un post que luego que se le pone difícil ni defiende, se queda al costado aduciendo que se "está poniendo bueno" y que es un gran provocador y bla bla bla.
Luego se arma la discusión cuando el aludido se defiende, cosa que parece no estaba en los planes iniciales del autor, y salta otro que se empeña en discutir y defender el post siendo arrollado en el intento, sin más ni más.
El uso de términos intelectuales en la discusión intenta ponerle cierto vuelo a los argumentos, digo... a la falta de argumentos, y lo único que logra es prolongar la sopapeada por parte del aludido, que se abusa de todos, y de lo único que se lo puede acusar leyendo esto es de no saber retirarse a tiempo para dejar que se laman las heridas, o de divertirse ensañándose con rivales de poca monta.
Por último, me sigue quedando claro que la raza de críticos nunca se acabará, y seguirán siendo tremendamente aburridos, porque les guste o no, hasta un Pinti entretiene más que leer sus sesudos análisis. Me voy a mirar salsa criolla, perdón por mi mal gusto pero no conseguí el último chiste de Laiseca...

Anónimo dijo...

Ahora te escribo, Podeti y la seguimos por mail.
No entiendo la bronca que ese muchacho que supuestamente me defiende, tiene contra Mux. Esto me recuerda una vieja moraleja de Samaniego que dice "Si el sabio no aprueba, malo.,si el necio aplaude, peor". Asi que supongo, tendre que revisar la discusión.
Como sea, es interesante de ver como se confunde la vehemencia con la violencia. Es decir, si estamos discutiendo de x, mas o menos apasionadamente, puede escaparse alguna descalificación en el medio, en la linea de "Ah, vos de tal cosa no entendes ni jota", o "Si, claro vos defendes tal punto porque sos tal cosa".
Ahora, lo interesante es ver como gente que no participo en la discusion propiamente dicha, se mete de cabeza a las puteadas a lo barra brava, saciando vaya uno a saber que bronca entripada con gente que no conoce. Hay uso reiterado de una ironía mas bien debil y una arenga camorrera de tribuna de talk show.
El problema es que con todo el griterio, ya no estamos pensando en el humor. Ni con humor. Y faltando eso, solo queda la mala leche.
Digo.

Anónimo dijo...

ay, señor Mux, y qué me dice ahora de esta defensa horrible que hace Podeti de CHICHE GELBLUNG?????? Me parece que el flaco se fue un poco al carajo.

Usted escribió: "(...) cómo le contesta a los imbéciles que defienden la acción macrista (...)Hay muchísimas otras entradas en las que hace incursiones a mi juicio muy arriesgadas acerca de la estupidez fascista de la clase media argentina, y -a mi juicio- con muy buenos argumentos." y más abajo "su blog está dirigido a analizar, desmenuzar y confrontar a esa clase media casi progre; continuamente hay referencias acerca de la estupidez de la clase media con tiempo libre para dejar comentarios en los blogs; no tiene empacho en desenmascarar el fascismo disfrazado de sus lectores".
El que critica la estupidez fascista de la clase media ahora defiende a CHICHE GELBLUNG?!?!?!?!

ahhhhhhhhhh

Y más aún, el que habla acerca de la estupidez de la clase media con tiempo libre para dejar comentarios en los blogs es el mismo que se pone a chatear en un blog con muchos de esos comentaristas que usted dice que critica

ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

un genio Podeti, eh!

Anónimo dijo...

Mus sos un llorón. Ahí va mus lloriqueando llamando a sus amiguitos para que lo defiendan...
En el email que transcribís acá te faltan algunos renglones respecto al que me enviaste. Pero no pasa naranja, igual tu patota te defiende. Indudablemente no captaste (no te da la cabeza) por qué uso el seudónimo "el gordo merquero". Tampoco pasa ná, tus amigos te aplauden igual. Estuve leyendo tu blog, sin mala predisposición y debo reconocer que me equivoqué con vos. Además de tonto sos mediocre. En fin, de verdad no me interesa debatir más con vos, al menos podestri es entre profesionales. Si querés saber quién soy preguntále. bye bobo

Anónimo dijo...

che Gorda Merquera, tené cuidado con lo que decís porque te aseguro que a mí no me hace falta preguntarle a nadie para saber quién sos, y te prometo que no doy muchas vueltas cuando hay que aplastar a una cucaracha como vos.
Si te queda alguna duda arreglamos una cita por mail y lo conversamos carita con carita.
Cuidate.

Anónimo dijo...

La verdad, gordo merquero, es que -salvo un troll de los cientos de miles que infestan internet- no tengo la más pálida idea de quién sos!!!Pero se ve que tengo buena intuición porque te calzó como anillo al dedo.

Otra cosita, dejá de querer hacernos creer que te importan una goma los chistes sobre el nazismo, el Proceso o Gelblung. En serio, no te lo cree ni tu madre. Hay una correlación bastante directa entre los tipos que usan palabras como "mediocre" y "secuaces" y el público habitual de Radio 10.

Hasta luego.

Anónimo dijo...

Che, ojo que yo no tengo nada que ver con leoesteb77@hotmail.com.
Soy gordo y soy merquero, pero no soy EL GORDO MERQUERO de acá arriba.

Lo de Gelblung corre por mi parte.

Creo que Chiche le cae bien precisamente al público de Radio 10. Y lo mío era mostrar una contradicción entre lo que decía Mux de Podeti y los hechos concretos.

Hasta luego.

Anónimo dijo...

Antes que nada disculpen si no entro muy seguido a responder las agresiones. Podestri: Que no me importa lo que pasó con el nazismo o el proceso? Muy astuto podestri, ese método de descalificación debe tener un nombre, pero lo ignoro, igual tus amigos pseudointelectuales me desasnan. Yo en cambio voy directo al grano: Por que no nos contás de tus trabajos para 7Up o el Tren de la Costa? Otra duda, siempre trabajaste para multinacionales explotadoras o tuviste algun trabajo como cualquier laburante? Podrías decir la verdad de como tu viejo hizo guita durante el proceso para comprarse tres derpas o vas a usar otro de tus métodos "inteligentes" para zafar? Saben los que te defienden todo lo que te pregunto o se estan desayunando ahora? Y cuando hablé yo de gelblung? en fin, dudas y más dudas. Ah, no tengo tele ni radio hace años. Está buena Radio10?

Anónimo dijo...

Bueno, Leoesteb, estás bastante confundido. Sí, hice laburos comerciales (actué en una campaña de Sprite cuando tenía 23 años, supongo que a eso llamás "laburar para explotadores") y los sigo haciendo para vivir como tanta otra gente. Y???

Ahora esa pelotudez que decís de mi viejo es un delirio, ni hizo guita en el Proceso ni jamás tuvo más que un depto más que para vivir e incluso casi nos quedamos en la calle gracias a al 1050.

Tus informantes te están cagando, pediles que te devuelvan la guita, enfermito.

Anónimo dijo...

Y a Pinti, que si no es el gordo merquero merece serlo así que su aclaración me ne frega, le explico que de Gelblung dije tres cosas:

-Que es un gran entretainer
-Que no fue el responsable de la tapa de Gente de "Estamos Ganando"
-Y que aunque se lo puede tildar de cómplice no se lo puede poner en el mismo lugar que un torturador.

Las dos primeras afirmaciones son la pura verdad. La última puede ser discutible pero en todo caso es eso: discutible. En ningún momento defendí la ideología ni la moral de Gelblung.

Pero bueno, a Pinti, igual que al gordo merquero -oh! qué casualidad, menos mal que nos avisan que no son el mismo-le gusta difgamar diciendo cosas a medias o camelos flagrantes.

A ambos, ni se molesten en contestarme porque acá no entro más. Al Submundo, mil disculpas: lamento que mi intervención les haya traído la presencia de este troll.

Anónimo dijo...

claro, no es lo mismo Goebbels que Hitler

"Sé muy bien lo que piensa Chiche, entre otras cosas sé que vota al PO!!!"

con tres signos de admircion, que nos quiere decir Podeti ahi??? una frase muy inoportuna me parece

Anónimo dijo...

Se me enojó Podeti, che.

Nadie es perfecto, qué le vamos a hacer.

Yo no creo que "Chiche Gelblung es un gran entreteiner" sea una pura verdad, pero si lo dice Podeti hay que aceptarla como incontrastable, parece.

No entra más acá el hombre, qué tristes y desdichados somos...

Anónimo dijo...

Podestri:A los 23 años laburaste para la CocaCola? Ya eras bastante pelotudo, y a los 15 fuiste a la plaza a aplaudir a Galtieri entonces. En lo que sí tenés razon mucha gente trabaja PARA los explotadores, en tu caso es CON los explotadores, aunque en realidad lo malo es que después bajás línea y te hacés el sensible, sino no habria problema (te olvidaste de hablar del Tren de la Bosta). Respecto a los derpas de tu flia. estoy muy bien informado. Pero sugiero que cualquiera que dude de mis palabras busque en la guia telefónica y allí estan, aunque en estos años no se si pasaron alguno a nombre de tu vieja. Lo de la 1050 fue un bajon, sí recuerdo, mucha gente en la lona y muchos garcas casi quedan en la calle, tambien.
Bueno, les sugiero a los internautas que relean a los que me tratan de enfermito, y verán que más allá de tácticas adolescentes (como decir enfermito y otras boludeces) no tienen argumentos, no me han rebatido nada de lo que dije. En realidad tampoco sé muy bien que dije. más allá que detesto el cholulismo o mejor dicho: Las corporaciones cholulistas. Sí, es muy argentino eso de las corporaciones... un asco.

Anónimo dijo...

Yo quería tener un debate con Jorge Mux.

Ufa, me siento vacío!

Encima Podeti no viene más porque está muy ocupado chateando...