viernes, 15 de febrero de 2008

EL TIO Y EL SOBRINO Y PABLO ALARCÓN

Llegamos al fin de semana, el viernes, el peor día de la semana, y no me importa que se pongan de acuerdo para denostarme, hoy en el Submundo se estrena un capítulo del Tío y el Sobrino, y eso ya es motivo de alegría para la enorme minoría que siguen paso a paso las andanzas de estos personajes. Sabemos que tienen seguidores en todos los puntos cardinales del mundo, además de varios fanáticos famosos. Uno de ellos nos ha enviado un mail muy cariñoso demostrando su amor por ellos. Se trata de un mail enviado por nuestro querido actor Pablo Alarcón. A continuación transcribiré (con su consentimiento) uno de los párrafos de su emotivo mensaje:

“…nada, que se yo, en mi vida he hecho muchos papeles hermosos, hice hasta de perro rengo cuando era joven en un taller de teatro mudo acá en Villa Ballester, hice de bueno, de malo, de ganador, de perdedor y hasta hice de mí mismo, sin embargo tengo una cuenta pendiente de esas que te hacen reflexionar acerca de si tu carrera fue un éxito o fue una verga. Me refiero a que nunca pude participar en algo tan fuerte (cuando digo fuerte lo digo con sana consternación) como el Tío y el Sobrino. Sé que suena bastante choto que uno mismo se proponga para un papel, da a entender como que uno está rogando o hecho mierda en la lona, no es mi caso, yo vivo bien, no es para tirar mayonesa al techo, pero vivo bien, pago mi hipoteca y le doy de comer a mi familia, pero bueno, a los gustos hay que dárselos en vida, y yo estoy vivo, digan que estoy vivo si alguien les pregunta. Desde “Pablo en Nuestra Piel” que no la pego en serio, en serio, en serio y sin embargo me la lustro solito. Nada, que se yo, si tienen algún papelito para mí cuando empiecen a filmar la tercera temporada me hacen un favor de la gran puta, perdón por algunas palabras medias fuertes, pero la verdad es que estoy caliente, recaliente con los guionistas y con los productores y con los dueños de los canales que no quieren tomar el riesgo de ponerme en pantalla de nuevo y reventar el raiting, pero bueno, allá ellos, que se jodan, si no ponen la tarasca no me tienen, igual se puede arreglar por mucho menos, que se yo, tampoco es que soy un actor carísimo, soy del montón, del montón para arriba, por ahí tomo un poco, como todo el mundo, un brindis acá, un brindis allá, una copita al levantarse, otra para ver las noticias, otra para salir a la calle como todo el mundo, en fin, basta de hablar de mí, no quiero ser tan egocéntrico, obvio que los artistas tenemos un ego enorme que satisfacer, es así, sino no tengo ego me quedo en casa y pongo un kiosquito, les digo que lo pensé seriamente (en verdad ya lo hice) porque tengo una pieza que da al frente y me fui a dormir atrás con mis hijos, entonces me quedó libre y la usé para el negocio, un poco en joda y un poco en serio pensé en un nombre para el kiosquito, a ver si les gusta: “Al arcón de las golosinas” ¿da? “Al-ar-cón” ¡Ja! ¿Tiene marketing? Yo creo que si, un buen nombre es la clave de un buen negocio, mirá YPF, mirá Soda Stereo, mirá 7up, son nombres grosos, por eso funcionaron. Ya clavé unas maderas en la pared para las estanterías y conseguí una caramelera de las viejas a un precio que te cagás, además improvisé con un escritorio viejo un mostrador de primera, ni te das cuenta que originalmente era otra cosa, un lujo, siempre fui muy bueno con las manualidades, tengo algo con eso, como un don, te agarro cualquier cosa y te la hago mierda. A mi cuñado le agarré un silla hierro despintada que tenía en el fondo del patio hace años y se la reciclé, y me gustó tanto que me la quise quedar para venderla en la feria, pero mi cuñado me decía que no, que era de él y que por más que yo la haya arreglado seguía siendo de él y que además no me había pedido ningún arreglo, entonces me hice el re pelotudo, y tipo cuatro de la mañana, me metí por los techos, llegué al patio, me cargué la silla de hierro al hombro, y cuando quise subir de nuevo el paredón me cagué la columna y pegué un grito que despertó a todos, y salió mi cuñado como loco con la escopeta y me cagó a tiros en la oscuridad mientras yo le gritaba “soy yo, soy yo, Pablo, Pablo Alarcón, pará Miguel, por favor Miguel me están pasando cerca las balas, reconceme la voz, soy Pablo Alarcón, pará de tirar que somos familia.” Bueno, nada, me despido, si quieren puchos sueltos o golosinas no duden en tomar un colectivo y llegarse hasta Villa Ballester, en la calle San Martín 493, la ventana de la derecha, ahí está mi kiosco y lo atiendo yo, y ya averigüé bien y se puede atender un kiosco tomando, no es como manejar por suerte, igual no tengo auto, lo tuve que vender porque se le había soplado la junta y no tenía en ese momento efectivo para hacerlo funcionar, pero bueno, no lo vendí a buen precio, pero al menos se lo llevó alguien que dijo que lo va a cuidar y lo va a querer como lo quería yo. En fin me voy despidiendo, aguante el Tío y el Sobrino, les dejo el celu de mi mujer 156-234908 (el mío me lo robaron unos que decían que eran mis fans y me llevaron a una villa a charlar). Un beso.”




4 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Bien, ya desde el principio de la segunda temporada se vislumbraba la futura abducción estelícola del Tío.

Mi propuesta para una tercer temporada es una continuidad mayor entre capítulo y capítulo; por ejemplo, el Tío podría fracturarse una pierna en un primer capítulo y en los siguientes vemos como el Sobrino tiene que ayudarlo en diferentes actividades.

Saludos.

Anónimo dijo...

Pablo , si estas leyendo esto acercate por casa que tenes que firmar unos papeles .

Claribel Medina

Anónimo dijo...

Sr. Alarcón voy a llamar a su mujer a ver si me la puedo tirar, claro que garpando, no piense mal, soy un tipo solidario.

Anónimo dijo...

Me parece que el link de Zambayonny apunta a cualquier lado.