A partir de primer día, del primer minuto, del primer segundo del 2007, apenas suenen los primeros petardos pedorros que anuncian caprichosamente que cambiamos de año, una nueva ley entrará en vigencia en la ciudad de buenos aires: No se podrán consumir bizcochitos de grasa en lugares públicos cerrados.
La nueva medida, votada por unanimidad en la legislatura porteña, significa un paso más en la incansable lucha por la salud pública de la población. Estudios reciente revelaron que la sudoración inmediata al consumo de ciertas grasas saturadas, principalmente las contenidas en los bizcochitos de grasa, se gasifican al tomar contacto con el aire y convierten a quien se exponga a estos gases, en consumidor pasivo de grasas saturadas.
Este asombroso descubrimiento se lo debemos al Departamento de investigación de la fundación Favaloro, quien hace meses hace pruebas de laboratorio que intentan observar las consecuencias de estar expuesto a un consumidor compulsivo de grasas saturadas.
En el experimento participó una afamada modelo, de quien no se revelo el nombre, la que estuvo encerrada durante 60 días en un monoambiente del barrio porteño de constitución junto a un individuo masculino alimentado exclusivamente a bizcochitos de grasa durante los dos meses que duró el experimento. Estudios realizados en la señorita de marras arrojaron resultados asombrosos, pese a que su dieta, a diferencia de la de su partenaire, fue vegetariana sin matices, los niveles de grasa registrados en su organismo aumentaron asombrosamente. En estos días, ya culminado el experimento, la señorita se encuentra en tratamiento por sufrir de gota y para recuperar su peso normal, que varió en 17 kilos durante los 60 días que duro el experimento.
Las grasas saturadas gasificadas que se liberan a la atmósfera en la sudoración inmediata al consumo, son 12 veces más nocivas que las que se ingieren por consumo directo.
A partir de estos estudios se presento en la legislatura porteña el nuevo proyecto de restricción al consumo de los bizcochitos de grasa en lugares públicos cerrados. El ministerio de salud de la Nación, por medio de un comunicado de prensa, ya advirtió que planea convertir esta nueva ley porteña en una ley de alcance nacional.La Cámara Argentina de Productores de Bizcochitos de Grasa y Afines (CAPROBIGRA), se pronunció en contra de la nueva medida aduciendo que la baja de consumo que se pudiera producir, dejaría a más de mil trabajadores cesanteados.