Pasó el festival de cine de Mar del Plata, más pobre que un circo y más viciado de nulidad que los Conde de Godó en España, en fin. Concurrieron dos estrellas yankees y con eso creyeron que salvaban la ropa, pero la parejita famosa se la pasó tomándole el pelo a los periodistas argentinos que tenían más ganas de pedirles un autógrafo que de preguntarles algo que valiese la pena. Y Darín, quejándose de que es joven para un premio a la trayectoria, yo en su lugar hubiera objetado los resultados artísticos de sus actuaciones antes que su supuesta juventud. En fin, lo de siempre, cholulos blanquísimos en la playa, sexo con progres, luces de cámaras para nada, seis películas en un día y drogas sociales para colaborar con el paisaje.
Entre tanto vi una película que voy a recomendar al próximo que me encierre con el auto y encima me quiera coger (¿Qué pasa con los hombres que relacionan el enojo con el sexo?).
Nuevamente me voy a negar a dar el título de la peli aunque me caiga encima una barda de críticas pelotudas y mal escritas. Lo cierto que este film se trata de un hombre (actor del momento con varios aciertos en su haber y un matrimonio escandaloso) que decide mandar al espacio el cuerpo tibio de su padre muerto para cumplirle un extraño sueño al fallecido. Para eso deberá luchar contra su hermana (casada ¡cuando no! con alguien influyente de la NASA) que al principio se niega (propone un cementerio para mascotas o algo así) pero al final lo ayuda porque parece ser que ambos saben que ella mató al padre y él a cambio de no denunciarla le exige que lo ayude a mandarlo al espacio. ¿Qué tiene que ver el presidente de EEUU con todo esto? Muy simple, fue compañero en Vietnam del padre muerto y como éste le salvó la vida (¡Si al presidente!) cuando se entera (porque el asunto gana los medios como el Súper Bowl) le propone al protagonista llevar el cuerpo del padre a una zona retirada de Arizona dónde parece ser que con tecnología extraterrestre, el gobierno revive personas.
Esto pasa en la primera media hora de película, el resto es un desfile de terroristas, princesas (con clara alusión a la princesa inglesa), actores, y famosos varios, que recorren un impresionante complejo en medio del desierto de Arizona mitad humanos y mitad extraterrestres. Hasta ahí, los pochochos tenían más sorpresas. Pero nadie contaba con la imprevista aparición de un actor negro que todos quieren y que yo prefiero lejos de los cines a los que acudo. El negro en cuestión (muy avejentado y gay en el film) se entera de este lugar y lo hace público a través de Internet. Inmediatamente en todas partes del mundo la gente empieza a desenterrar a sus familiares. Entonces el presidente de EEUU en un acto de velocidad mental pronuncia una de las mejores frases de la historia moderna del cine mirando a cámara y con las dos manos juntas como si estuviera rezando “HAY QUE CERRAR LOS CEMENTERIOS ANTES QUE HAYA MÁS MUERTES”
En fin, no voy a dar el título de la película porque no quiero predisponer a nadie, de hecho ya la estrenaron en casi todo el país con una impresentable traducción del título original y la gente no se está quejando, es que a muchos les extirparon el buen gusto y la crítica a fuerza de unitarios de canal 13.
Ah, una cosa más, no se pierdan la escena del gato que queda encerrado en un lugar inimaginable, es lo más logrado del film y uno no puede dejar de pensar durante muchos días que eso es muy posible, me refiero a lo del gato, obvio.
Entre tanto vi una película que voy a recomendar al próximo que me encierre con el auto y encima me quiera coger (¿Qué pasa con los hombres que relacionan el enojo con el sexo?).
Nuevamente me voy a negar a dar el título de la peli aunque me caiga encima una barda de críticas pelotudas y mal escritas. Lo cierto que este film se trata de un hombre (actor del momento con varios aciertos en su haber y un matrimonio escandaloso) que decide mandar al espacio el cuerpo tibio de su padre muerto para cumplirle un extraño sueño al fallecido. Para eso deberá luchar contra su hermana (casada ¡cuando no! con alguien influyente de la NASA) que al principio se niega (propone un cementerio para mascotas o algo así) pero al final lo ayuda porque parece ser que ambos saben que ella mató al padre y él a cambio de no denunciarla le exige que lo ayude a mandarlo al espacio. ¿Qué tiene que ver el presidente de EEUU con todo esto? Muy simple, fue compañero en Vietnam del padre muerto y como éste le salvó la vida (¡Si al presidente!) cuando se entera (porque el asunto gana los medios como el Súper Bowl) le propone al protagonista llevar el cuerpo del padre a una zona retirada de Arizona dónde parece ser que con tecnología extraterrestre, el gobierno revive personas.
Esto pasa en la primera media hora de película, el resto es un desfile de terroristas, princesas (con clara alusión a la princesa inglesa), actores, y famosos varios, que recorren un impresionante complejo en medio del desierto de Arizona mitad humanos y mitad extraterrestres. Hasta ahí, los pochochos tenían más sorpresas. Pero nadie contaba con la imprevista aparición de un actor negro que todos quieren y que yo prefiero lejos de los cines a los que acudo. El negro en cuestión (muy avejentado y gay en el film) se entera de este lugar y lo hace público a través de Internet. Inmediatamente en todas partes del mundo la gente empieza a desenterrar a sus familiares. Entonces el presidente de EEUU en un acto de velocidad mental pronuncia una de las mejores frases de la historia moderna del cine mirando a cámara y con las dos manos juntas como si estuviera rezando “HAY QUE CERRAR LOS CEMENTERIOS ANTES QUE HAYA MÁS MUERTES”
En fin, no voy a dar el título de la película porque no quiero predisponer a nadie, de hecho ya la estrenaron en casi todo el país con una impresentable traducción del título original y la gente no se está quejando, es que a muchos les extirparon el buen gusto y la crítica a fuerza de unitarios de canal 13.
Ah, una cosa más, no se pierdan la escena del gato que queda encerrado en un lugar inimaginable, es lo más logrado del film y uno no puede dejar de pensar durante muchos días que eso es muy posible, me refiero a lo del gato, obvio.
4 comentarios:
Hay algunas opciones:
a) Las películas de Ana San Marín no existen.
b) Las películas que cuenta Ana San Marín tienen en realidad otro argumento, otro desarrollo, otros personajes y ella inventa o malinterpreta a su gusto.
c) Ana San Marín tiene la suerte de tropezar con películas con las que yo ni con mucho azar me encontraría.
d) Ana San Marín encuentra la trama oculta de películas que a mi me parecen lineales y sumamente sencillas.
Lo curioso de cualquiera de estas opciones es que Ana San Marín no volvería a ver la película y sin embargo por su descripción yo estoy muy entusiasmado por verla. Una lástima que no diga el título; eso lo hace sospechoso y me hace pensar en la primera de todas las opciones.
Creo que Darín es un muy buen actor y que no merecía el premio a la trayectoria; eso se lo dan a quienes son de madera pero perduran tras las décadas por una envidiable condición genética. Ahora bien, si sus películas son un desastre o no (yo creo que algunas son más que aceptables) no es algo que importe a la hora de otorgar premio a los actores. Por eso creo que tiene razón él al pensar que lo importante no es su trayectoria, sino su actuación y todo lo que le queda por actuar antes de convertirse en un nonagenario.
¿Qué película es esta que combina a Darín con el presidente de estados unidos rogando que no se muera mas gente? Yo quiero verla. ¿por què no me dicen cual es? ¿es Un policía en el Kinder?
Yo vi ésta película criticada por Ana y no me pareció tan mala
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